La Unión Europea ha anunciado esta semana la intención de prohibir en 2035 la venta de coches de combustión, es decir, coches de gasolina, diésel e híbridos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció esta medida dentro del plan ‘Fit por 55’.

El plan europeo para convertir a la región en una potencia climática mundial, denominado ‘Fit for 55’ marca el reto de reducir un 55% las emisiones de dióxido de carbono para el 2030. El paquete de propuestas dentro de este marco abarca sectores como la industria o el transporte, y una de las principales medidas es la de limitar la venta de los vehículos de combustión.

Según la propuesta de Bruselas, la contaminación máxima por vehículo de 95 gramos de CO2 por kilómetro tendrá que reducirse hasta el 55% para los coches en 2030 y hasta el 50% para las furgonetas. Además, en 2035 solo se podrán vender vehículos eléctricos, y en 2050 el transporte debería haber reducido las emisiones en un 95%.

¿Contamina más un coche de diésel o de gasolina?

Las tecnologías de los motores de combustión han avanzado mucho durante los últimos años, y han conseguido reducir las emisiones con respecto a los coches de décadas atrás. Sin embargo, este tipo de motores siguen produciendo multitud de emisiones nocivas para el medioambiente.

Tenemos que diferenciar dos tipos de vertidos, por un lado, están las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que no son perjudiciales directamente para la salud, pero es el gas que provoca el efecto invernadero. Los coches que tienen un consumo menor son los que menos CO2 generan, por lo que el diésel tiene ventaja en este sentido.

Por otro lado, están los óxidos de nitrógeno (NOx), gases que se generan a partir de la combustión del motor y que son muy contaminantes y tóxicos para nuestra salud. Muchos motores han conseguido limitar estas emisiones, pero no las logran frenar del todo. Los motores diésel son los que más producen estos gases. En el caso de la gasolina o del gas, que se encienden con una chispa, el vertido de estos gases es mínimo.

En resumen, un coche de gasolina genera más CO2 que un diésel, sin embargo, este último genera más óxidos de nitrógeno. Por tanto, para saber cual contamina más debemos mirar otros aspectos como el año de fabricación del coche, pues los coches anteriores a 2005 tienen un nivel de emisiones muy superior a los de épocas posteriores.