La enfermedad del dengue circula por el Mediterráneo
El profesor Rubén Bueno advierte de que la expansión de esta enfermedad por Europa "puede ser un elemento disuasorio para el turismo internacional".
Una de las enfermedades más comunes que pueden transmitir los mosquitos es el dengue, que puede confundirse con la gripe ya que su principal síntoma es la fiebre, aunque también puede provocar molestias y dolores, sarpullidos o náuseas. No existe un tratamiento específico para esta patología, pero la mayoría de personas se recupera en alrededor una semana. Sin embargo, existe la posibilidad de que algunas sufran complicaciones que pueden resultar mortales, lo que se conoce como dengue grave, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque el dengue, asociado a zonas de clima tropical, afecta especialmente a Asia y América, la mayor presencia del mosquito tigre (Aedes albopictus) en Europa está favoreciendo su expansión por el continente. “Gente que no ha salido de España y ha sido infectada con el dengue”, advierte en El Periódico Rubén Bueno, profesor de la Unidad Docente de Parasitología de la Universidad de Valencia. Este tipo de mosquito, detalla, tiene una gran capacidad de adaptación: “No necesita calor excesivo ni grandes precipitaciones. Con una pequeña cantidad de agua que se puede encontrar en cualquier recipiente doméstico encuentran un hábitat ideal”. También la densidad de población favorece la aparición de plagas.
El experto señala al cambio climático como otro de los principales factores en la aparición de nuevos insectos y vectores, y el Mediterráneo es la zona europea donde mayor es la problemática para salud. “En general, en el Mediterráneo está el foco a nivel europeo, tanto en España como Italia, Grecia, Francia… Un clima templado como el del Mediterráneo, con un invierno que a veces ni existe, favorece más la presencia de vectores. La densidad de población también favorece la aparición de plagas”, precisa.
Problemas para el turismo
Si bien el dengue suele ser una enfermedad asintomática y con un bajo grado de letalidad, Bueno advierte del negativo impacto que puede tener para el turismo su expansión por Europa: “Que haya transmisión de dengue en las ciudades costera del Mediterráneo pues, obviamente, puede ser un elemento disuasorio para el turismo internacional, de ahí que la importancia de incorporar recursos para reducir el riesgo”. Asimismo, revela que la comunidad científica está pendiente de otros virus, como el del Nilo Occidental, que provoca fiebres, o las garrapatas.
Qué medidas se pueden tomar
El experto avisa de que las picaduras pueden aumentar notablemente con el incremento de la población de insectos, avisa el experto: “Las hembras de los mosquitos son las que pican, necesitan sangre para poner los huevos y, cuantas más hembras haya, más picaduras habrá”. Además, “cuando las temperaturas son más altas pueden picar más veces para realizar más puestas, hasta cinco o seis”, lo que también hará que suba la cantidad de picaduras.
Aunque la situación no reviste una elevada gravedad, puede tornarse muy molesta, por lo que “debemos tomar medidas”. En este sentido, Bueno sugiere que la Administración debe activar mecanismos de prevención para “identificar las zonas de mayor riesgo” y aumentar el control en ellas. “No hay vacunas, por lo que la prevención, evitar el contacto con el insecto es clave para frenar la transmisión”, concluye.
A nivel individual, aconseja a los ciudadanos evitar aguas estancadas en casa, cambiar los bebederos de las mascotas cada dos o tres días y no tener las piscinas sin clorar fuera del invierno. Asimismo, recomienda “emplear repelentes homologados, los de la farmacia, y no ponérselos por la mañana y olvidarse todo el día. La verdadera protección individual son los repelentes”.