La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un tipo de mantenimiento legal preventivo en el que un vehículo es revisado periódicamente por un ente certificador. Así, éste debe corroborar que se cumplen las normas de seguridad y de emisiones que sean aplicables en el reglamento.

Y ahora los turismos tendrán que someterse a un nuevo test: pruebas de ruido. Concretamente, tendrán como objetivo determinar si un vehículo obedece los parámetros sonoros bajo los cuales fue homologado. Asimismo, se podrán detectar posibles alteraciones en el sistema de escape del coche. 

Nuevas normas europeas

Aunque estas pruebas no son nuevas ni siquiera en nuestro país (en la Comunidad Valenciana se realizan), no tenían carácter eliminatorio. Hasta ahora solamente eran un simple dato informativo, pero tras la aplicación de las nuevas directrices que llegan desde la Unión Europea, serán un elemento más a controlar. 

Concretamente, pasará a ser obligatoria a partir de 2023. Una vez llegada esa fecha, todos los turismos tendrán que someterse a la verificación de ruido, algo que hasta ahora únicamente hacían las motocicletas. Para comprobar que se cumplen todos los requisitos, se consultarán diversas bases de datos en las que se compararán los valores de homologación con los que el coche está arrojando realmente. Sin embargo, aún se desconoce cómo se llevarán a cabo estas mediciones. 

Cambios desde el 1 de junio

Desde el 1 de junio también se introdujeron otros cambios en los procedimientos de las ITV. Por ejemplo, equipar un sistema ABS que no funcione supone una falta grave en lugar de leve como ocurría hasta entonces. Y en el caso de los espejos retrovisores, deben estar correctamente anclados al coche, puesto que en caso contrario será un defecto que impedirá superar con éxito la revisión.