Una pareja ucraniana se ha separado tras 123 esposados juntos. El objetivo del experimento era el de salvar su relación. Cuando se deshicieron de las esposas ambos declararon en la televisión nacional que la experiencia había traído “verdades incómodas” a la pareja.

La expareja, de la ciudad oriental ucranaina de Kharkiv, estaba compuesta por Alexandr Kudlay y Viktoria Pustovitova. Los ucranianos se habían esposado el día de San Valentín con el fin de esquivar el mal momento por el que pasaban y conseguir afianzar su relación.

“Somos totalmente diferentes”

Kudlay y Pustovitova publicaron muchas de las actividades que llevaban a cabo en las redes sociales, siempre encadenados, aunque se turnaban para ir al baño y para ducharse. Pero no todo fue un acto de romanticismo: Alexandr afirmó el día del encadenamiento ante los reporteros que querían lograr un récord.

Pustovitova, que en un principio rechazó la idea de ir esposado junto a Kudlay, derramó lágrimas mientras habló de su ruptura para la agencia Reuters en Kiev: "creo que será una buena lección para nosotros, para otras parejas ucranianas y para parejas en el extranjero, para no repetir lo que hemos hecho".

Por su parte, Kudlay admitió que no se arrepentía de haber recurrido a encadenarse con su pareja para intentar salvar la relación pero añadió que las esposas le ayudaron a comprender que no eran "personas de ideas afines", explicando que "no estamos en la misma onda, somos totalmente diferentes". La expareja planea vender las esposas en una subasta por internet para donar el dinero a organizaciones benéficas.