La pandemia de COVID-19 y las inundaciones sufridas el año pasado están agravando la crisis de Corea del Norte. Su líder, Kim Jong-Un reconoció el miércoles que el país estaba viviendo una “situación alimentaria tensa”. Durante la reunión plenaria del Partido de los Trabajadores de Corea señaló que “el sector agrícola no cumplió con su plan de producción debido a los daños causados por el tifón el año pasado” y pidió “tomar medidas para resolver el problema”, según recoge la agencia de noticias oficial norcoreana (KCNA).

Unas afirmaciones que realizó dos meses después de advertir sobre la llegada de tiempos “difíciles” y aludiese incluso a la ‘Ardua Marcha’, como se conoce en el país asiático a la respuesta frente a la hambruna sin precedentes que padeció a principios de la década de 1990, cuando su economía se desplomó tras el colapso de la Unión Soviética, que puso fin al flujo de ayuda al país. En este sentido, apuntó que “tener una buena cosecha (...) es una máxima prioridad” y destacó la necesidad de abordar “la cuestión de hacer frente a fondo a la naturaleza prolongada de la emergencia” de la pandemia de coronavirus.

Aislamiento severo durante la pandemia

Si en las últimas décadas Corea del Norte ha sido un país completamente hermético en cuanto al funcionamiento interno de su Gobierno, en este último año se ha aislado todavía más para protegerse de la pandemia. Así, la economía norcoreana se ha ido deteriorando en medio de cierres fronterizos que ahogaron el comercio con China, su principal aliado y sustento económico, así como por culpa de los devastadores tifones e inundaciones durante el verano pasado. A esto se suma una escasez de energía y alimentos agravada por las sanciones internacionales a las que se enfrenta debido a sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos.

Como consecuencia, las condiciones y el entorno que enfrenta Corea del Norte “han empeorado al entrar este año”, destacó Kim Jong-Un, aunque su economía, en general, ha mostrado una mejora. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) ha estimado que al país le faltan unas 860.000 toneladas de alimentos, lo que equivale a poco más de dos meses de suministros.

En un informe publicado el lunes, la FAO dijo que Corea del Norte planea oficialmente importar solo alrededor de una quinta parte de los alimentos que necesita para cubrir las brechas en la escasez doméstica. Asimismo, advirtió de que, si la brecha en el suministro no se cubre con importaciones o ayuda, los norcoreanos podrían experimentar “un período de escasez entre agosto y octubre de 2021”.