El pasado fin de semana, se abrió un enorme socavón cuyo diámetro ha ido creciendo en el estado de Puebla, en el centro de México, según las primeras investigaciones de las autoridades. “Es un asunto de enorme riesgo. Le digo a los poblanos y a la gente de la región que vamos a estar pendientes de que no haya tragedias humanas”, manifestó el lunes el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, en una rueda de prensa. Por el momento, no se han registrado heridos ni víctimas mortales y las viviendas aledañas han sido evacuadas.

“Es una falla geológica que hay que atender con mucho cuidado, con técnica y con todas las prevenciones y lo estamos haciendo”, añadió Barbosa, quien aseguró que se van a investigar las causas del hundimiento. Al respecto, Beatriz Manrique Guevara, secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, concretó que el plazo para los resultados de los estudios mecánicos del suelo no deberá superar los 30 días.

Teorías sobre su origen

El socavón el pasado sábado en una zona de cultivo del municipio de Juan C. Bonilla y alcanza ya un diámetro de más de 60 metros y 20 metros de profundidad, según informan medios locales. Las autoridades medioambientales explican que la oquedad podría haberse producido por una falla geológica y variaciones hídricas del suelo y subsuelo.

Sin embargo, pobladores y activistas locales achacan el fenómeno a la sobreexplotación de mantos acuíferos por parte de grandes conglomerados industriales. “En toda esta zona hay una sobreexplotación brutal de agua. Donde han sacado el agua ahora hay huecos, vacíos, cavernas, y cuando empieza a haber humedad surgen estos socavones”, señala el activista Miguel López, del Frente De Pueblos Morelos Puebla Tlaxcala. De hecho, calcula que existe el riesgo de que se produzcan más agujeros similares en unas 40 hectáreas de esa región de Santa María Zacatepec.

Por su parte, algunos habitantes aseguran que en esa zona existía antes un depósito de aguas superficiales, que con el paso del tiempo se fue secando y se tapó. Esta peculiaridad podría explicar la inestabilidad del terreno y la propensión del socavón a aumentar de diámetro si no se implementan medidas.

Además, el gasoducto que conecta con la termoeléctrica construida en Huesca, Morelos, abarca varios tramos por este tipo de terrenos acuosos como ocurrió en Atlixco, Tlaxcala y en el propio municipio de Zacatepec, lo que supone un riesgo para las comunidades del sector.