Desde que comenzó la pandemia, la mascarilla se ha convertido en un elemento prácticamente inseparable en nuestra vida cotidiana. Aunque el avance de la vacunación puede provocar que tenga sus días contados al menos cuando estemos en espacios exteriores, tal y como avanzó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Pero hasta que ese momento llegue, es fundamental protegerse con mascarillas seguras y homologadas, algo que no ocurre con numerosos modelos. Los datos del Sistema de Alerta Rápida de la Unión Europea (RAPEX) han detectado en lo que llevamos de año 52 tipos de cubrebocas inseguros, lo que unido a los retirados durante el ejercicio pasado, hacen un total de 212 que no cumplen los requisitos mínimos. El listado completo puede consultarse en este enlace.

Diversos incumplimientos

Tal y como detalla la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), más de la mitad se retiró por tener una eficacia de filtración de partículas hacia el interior menor al 92% que exige la normativa comunitaria. Asimismo, un 20% no se ajustaba al contorno de la cara. Por su parte, un 54% no disponían tampoco del certificado acreditativo de eficacia. 

Según la OCU, "hay mascarillas que no indican la certificación (por ejemplo, ISO o EN) que acredita su eficacia, con lo cual no ofrecen garantías de que la filtración que promete sea real". Las alertas RAPEX han detectado más de 80 equipos de protección de individual con esta anomalía, por lo que se han retirado del mercado. 

Entre ellas está la Garry Galaxy, utilizada por algunos médicos y enfermeros en nuestro país hasta que el Gobierno ordenó su retirada el pasado mes de abril. También se incluyen diversas higiénicas y para niños, que tienen el mismo defecto.

Requisito de venta

En nuestro país únicamente pueden venderse mascarillas autofiltrantes que tengan el distintivo CE en regla. Respecto a las que presentan problemas de ajuste, tienen un gran inconveniente: no protegen adecuadamente.

Las falsificaciones

Otro de los problemas surgidos durante los meses de la crisis sanitaria han sido las falsificaciones. Una de las más notorias fue la de la mascarilla 3M modelo 9501V y la 3M AURA 9332+, que no tenían marcado CE ni eran de dicha marca, por lo que se declararon inseguras e ilegales.