La Dirección General de Tráfico (DGT) centra todos sus esfuerzos en lograr una conducción segura para prevenir accidentes en carretera. Por ello, es habitual que lance recomendaciones a los conductores, como qué música es más recomendable escuchar al volante, ya que esta puede influir en el ánimo del conductor, tanto para bien como para mal. De la misma forma que hace compañía y entretiene durante un viaje, puede despistar al automovilista y hacerle desconectar.

Por ello, en primer lugar, la DGT aconseja escuchar la música “a un volumen moderado” para poder utilizar el sentido del oído en carretera, oír posibles pitidos o golpes. Después, destaca que es muy importante elegir un ritmo que cumpla los siguientes requisitos.

No adormezca

Según un estudio de la Universidad St. John’s de Newfoundland (Canada), el ritmo de la música puede afectar a nuestro pulso cardíaco y a nuestra actividad cerebral. En este sentido, una música estimulante o un programa de radio interesante nos ayudarán a evitar la somnolencia y la monotonía. Sin embargo, debemos llevar cuidado para que el ritmo de la música no sea demasiado acelerado.

No te fomente una actitud defensiva o agresiva

Otro estudio, esta vez de la Universidad Técnica de Dortmund, concluyó que quienes escuchan pop-rock son más agresivos en la carretera y suelen sobrepasar con más frecuencia los límites de velocidad que los que eligen música clásica. También pueden provocar estos efectos las canciones con letras explícitamente violentas. Por su parte, un análisis elaborado en la Universidad Ben-Gurión del Néguev y señalaba que la música con un ritmo enérgico incrementa la excitación y favorece las salidas de carril.

Las canciones más relajantes, las tertulias o, incluso, los cursos de idiomas evitan las reacciones agresivas o de nerviosismo al volante. Eso sí, algunas tertulias políticas o futboleras pueden producir el efecto contrario y aumentar la agresividad, con lo que hay que elegirlas bien.

No distraiga tu atención de la conducción

Por último, hay que tener en cuenta que un volumen elevado no sólo genera distracciones, sino que también reduce la capacidad auditiva sobre lo que ocurre fuera. Si la música disminuye la concentración cuando se está conduciendo, lo mejor es apagarla.