El positivo de personas vacunadas descubre la realidad de la COVID-19
Un equipo de investigadores de Estados Unidos detecta mutaciones del coronavirus en dos personas que dieron positivo después de ser inmunizadas.
La vacunación es un elemento fundamental para superar la crisis sanitaria del coronavirus. No obstante, los expertos advierten que haber recibido la inyección no garantiza al 100% que no pueda contraerse el virus, si bien es cierto que otorga una protección muy elevada y reduce de manera importante los riesgos de padecer la enfermedad de forma grave.
La aparición de nuevas variantes ha añadido algunas incertidumbres al respecto de la eficacia de las vacunas que ya han sido autorizadas, aunque la opinión mayoritaria de la comunidad científica es que éstas también cumplen su función ante las nuevas cepas.
Un estudio de la Universidad Rockefeller analizó los casos de dos mujeres que contrajeron la COVID-19 después de haber sido vacunadas con dos dosis y han publicado sus resultados en la revista especializada ‘New England Journal of Medicine’. Las personas afectadas, de 51 y 65 años respectivamente, habían sido vacunadas con Moderna y Pfizer.
La primera de ellas comenzó a presentar síntomas 19 después de recibir la segunda dosis. En concreto, dolor de garganta y de cabeza, así como congestión, aunque estas molestias fueron remitiendo gradualmente en una semana. En el caso de la mujer de 65 años, comenzó a padecer síntomas (fatiga, congestión nasal y dolor de cabeza) más de un mes después de recibir la pauta completa de la vacuna, recuperándose a los pocos días.
Diversas mutaciones
La investigación de la institución estadounidense encontró múltiples mutaciones tras realizar una secuenciación del genoma de las dos mujeres. Entre ellas se encontraban la E484K, mutación que ha sido identificada en las variantes brasileña y sudafricana, y la S477N, cepa que se ha extendido por el estado de Nueva York desde noviembre. Las evidencias han revelado que ambas pueden resultas más resistentes a las vacunas.
Estos dos casos, que fueron detectados tras realizar un seguimiento a 417 personas, mostraron que existe una mínima posibilidad de contagiarse de coronavirus a pesar de la inmunización a través de la vacuna. No obstante, el hecho de que ambas se recuperaran pronto y sin contratiempos confirmó la eficacia de las inyecciones.
En cualquier caso, los investigadores concluyeron que una tercera dosis de refuerzo sería clave para garantizar la seguridad ante las nuevas variantes. Además, subrayaron la necesidad de que se sigan haciendo pruebas diagnósticas aunque la vacunación abarque a un porcentaje elevado de la población. "Incluso las personas vacunadas que desarrollan síntomas respiratorios deberían hacerse la prueba del COVID-19, y deberían hacer lo mismo en caso de contacto con personas infectadas", aseguran.