La crispación e inseguridad por el temor a perder su puesto de trabajo ha llevado a empleados de una planta de Renault en Francia a retener a siete directivos en las instalaciones de la subsidiaria Fonderie de Bretagne, en el municipio de Caudan, situado al noreste del país. El constructor de vehículos galo está tratando de vender dicha fábrica, que se dedica a la producción de piezas de sus coches y da trabajo a 350 personas actualmente.

Después de varias horas retenidos, los altos cargos de la compañía salieron sobre las 22:30 horas de la noche del pasado martes. El delegado de la Confederación del Trabajo de Francia (CGT), Maël Le Goff, explicó en France Bleu que no se trataba de un secuestro, sino de un intento de diálogo. "Podían irse cuando quisieran. Pedimos una discusión franca, pero no pudimos hablar con ellos en todo el día. Nunca se habló de secuestro. Normalmente salen a las 21 horas, pero salieron a las 22 horas. Se quedaron todo el día diciendo que estaban secuestrados, lo cual es absolutamente falso".

Una visión que contrasta con la del alcalde de la localidad, Fabrice Vély, informado de los hechos por el grupo francés. "Los directivos fueron retenidos, se les impidió salir varias veces hasta una mediación por la noche, según me explicó el prefecto, por lo que no podemos decir que fueran libres de moverse".

Condena "enérgica" de Renault

La compañía gala, por su parte, emitió un comunicado durante las horas que estuvieron retenidos, en el que dieron su punto de vista sobre la situación que estaban atravesando sus directivos. "Un grupo de empleados de la Fonderie de Bretagne retiene actualmente a siete miembros de la empresa en Caudan. El Grupo Renault condena enérgicamente estas acciones y pide el levantamiento del bloqueo y un retorno inmediato a la calma".

Finalmente, Renault hace hincapié en la actual búsqueda de un comprador de dicha fábrica "para mantener las actividades del sitio y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo".