Bajo sospecha: cuatro bodegas de Valdepeñas, investigadas por la calidad de sus vinos
El juez José Luis Calama indagará para saber si estas empresas han cometido posibles delitos de publicidad engañosa, estafa y falsedad documental.
El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha abierto una investigación contra las bodegas Félix Solís, García Carrión, Bodegas Navarro López y Bodegas Fernando Castro. El motivo se debe a las sospechas de que comercializaban como crianzas, reservas y grandes reservas, vinos que "no cumplían los requisitos de elaboración, ni en periodo mínimo de envejecimiento, ni en la permanencia en barrica de roble ni en botella".
La causa se ha abierto a instancias de la Fiscalía, que ha presentado una denuncia en la que se pone de manifiesto cómo las etiquetas de las botellas afirman que su contenido es vino "reserva o gran reserva" y dicha especificación es una información "relevante y engañosa" sobre las características del producto.
Publicidad engañosa, estafa y falsedad documental
Sin declarar las cantidades reales
El auto también subraya que no toda la actividad era ilegal, puesto que se trata de compañías que "vienen operando en el sector vinícola desde hace años, y el propio relato de hechos punibles sitúa a las mismas en una actividad empresarial importante y lícita, compaginándose la actividad legal con la delictiva".
La acción punible, según Calama, se habría manifestado "en la puesta en el mercado de cantidades de vino con Denominación de Origen Protegido (DOP) Valdepeñas por encima de las declaradas al correspondiente Consejo Regulador, sin cumplir las condiciones de elaboración que tal denominación requiere y, por tanto, no respondiendo a la calidad dispuesta en el propio etiquetado del vino embotellado".
El juez personaliza en el auto en cada caso para explicar cómo se concreta la actividad en cada bodega y subraya que los hechos relatados en la denuncia están avalados por la existencia de expedientes sancionadores por parte de la Consejería de Agricultura.
Falta de trazabilidad
"En efecto, el hecho de que las bodegas declaren a la administración autonómica una cantidad de vino vendida a los clientes y que estos declaren cantidades diferentes, muy superiores a los declarados por las bodegas, supone un indicio de falta de trazabilidad del vino, así como de irregularidades en la comercialización", reza el auto.