María Neira, de la OMS, señala las medidas innecesarias en la lucha contra la COVID-19
Tomar la temperatura, llevar guantes o correr con mascarillas son algunas acciones que realizamos y podrían no servir para protegernos del coronavirus.
Desde que comenzó la pandemia, los expertos de todo el mundo comenzaron a lanzar una serie de recomendaciones para prevenir los contagios. Sin embargo, estas han variado con el paso del tiempo dado los hallazgos que han ido surgiendo. En un principio, por ejemplo, el uso de la mascarilla apenas se nombraba, pero acabó siendo una de las herramientas principales. Algo similar ha ocurrido con otras medidas.
En este sentido, María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud, ha nombrado las que, a su juicio, resultan ineficaces en la lucha contra la COVID-19. “No hemos visto mucha utilidad a la toma de temperatura, ni a la limpieza de los zapatos o las superficies. La higiene no está de más, pero los guantes son innecesarios, y me duele ver a la gente haciendo jogging con mascarilla, por sus pobres pulmones”, ha señalado en una conversación telefónica con La Nueva España.
Para ella, existen cinco medidas básicas que son las que pueden evitar que nos contagiemos, especialmente en lugares públicos o cuando nos reunimos con alguien: “La primera es el lavado de manos y las otras están relacionadas con dónde y cómo se producen los contagios: contacto cercano, ambientes cerrados y muy concurridos; para contrarrestarlo hay que aplicar la distancia social, uso de mascarilla en ambientes cerrados, evitar estornudar o hacerlo en el codo, y la ventilación, por supuesto; el resto no es necesario”.
No le preocupan los contratiempos con AstraZeneca
Países como Italia, Dinamarca, Noruega, Islandia, Estonia, Lituania, Letonia y Luxemburgo han paralizado la vacunación con las dosis de AstraZeneca, bien en su totalidad o solo con el lote que ha hecho saltar las alarmas con varios episodios de trombos graves. En cambio, la viróloga española Margarita del Val aseguró recientemente que no había que preocuparse aún porque, de momento, “los casos de trombosis no se salen de los números habituales”.
En la misma línea se ha manifestado María Neira: “La incidencia coincide con la que se da en la población normal. Ha habido muchos millones de personas vacunadas sin ningún problema”. Además, ha resaltado que “hay que medir el riesgo y el beneficio, y el beneficio de la vacunación sobrepasa de largo el riesgo. En España no se ha detectado ningún caso y las autoridades han tomado su decisión y los ciudadanos pueden vacunarse. En cualquier campaña de vacunación ocurren estas cosas, pero de esta estamos pendientes minuto a minuto”.
Sorpresa por la gravedad de la pandemia
Hasta ahora, la COVID-19 ha contagiado a 120 millones de personas en todo el mundo y ha causado la muerte de 1,65 millones. La experta asegura que, desde que se detectaron los primeros casos en China, sus colegas y ella sabían que nos esperaban tiempos difíciles: “Yo tuve la visión de que esto iba a ser una gran crisis sociosanitaria y económica en Roma, estaba allí cuando el primer ministro reunió a su gabinete, y esa misma noche anunció el confinamiento en Italia. Entonces fue cuando pensé: “Esto va a ser algo más que un problema sanitario, va a ser un volcán, y va a poner en juego muchas cosas””.
No obstante, el escenario que ha desencadenado la pandemia ha sido peor y de que lo que esperaban: “Estábamos convencidos de que era muy grave, que se transmitía muy rápido, pero creíamos que iba a haber una mejor gestión de los casos y de la severidad. Tuvimos miedo al principio de que estallara de una forma muy violenta en África, estábamos aterrorizados, pero, curiosamente, fue peor en países muy civilizados, en Estados Unidos y Europa. No, nadie pensaba que la economía y la sociedad estarían de rodillas un año después. Confiábamos en que pudiera haber una estacionalidad”.
Aun así, en ningún momento pensó que no podrían controlar el virus. “No me lo puedo permitir. Alguna vez nos desmoralizamos un poco, pero trabajamos con la misma energía”, apunta.
Influencia de la contaminación
En enero de 2021 la OMS viajó a China para esclarecer el origen del coronavirus, algo que “aportará mucho al conocimiento”, destaca, aunque confiesa que “va a ser muy difícil llegar a tener algún día una respuesta absoluta” sobre cómo el virus llegó a los humanos expandiéndose de esa forma. Sin embargo, confía en que sí podrán encontrar cómo funciona el mecanismo de transmisión de este coronavirus, lanzando la sospecha de que “la contaminación ambiental ha sido determinante”: “De ahí que los países más desarrollados sean los más golpeados. Eso explicaría el menor impacto en África. También creo que pueden influir factores ligados a la parte más social, estar más expuestos al sol y sintetizar más vitamina D”.
“La historia de los murciélagos es fascinante. No es que haya que tenerles miedo, ellos solo conviven con un virus como con muchos otros. Lo que ha sucedido es que hemos destruido esas barreras naturales que nos protegían. Estamos pagando el daño que hacemos a los ecosistemas: nosotros los necesitamos para respirar, para alimentarnos..., pero ellos no nos necesitan, pueden eliminarnos. Nos hemos arrogado este espíritu conquistador y destructor, que se vuelve contra nosotros de una manera brutal”, ha sentenciado.
¿Volverá la normalidad?
Por último, Neira ha aseverado que “llegará el momento en que la COVID-19 será una enfermedad endémica, como muchas otras”, por lo que dejaremos de prestarle tanta atención. Aunque tendremos que enfrentarnos a otros problemas: “Tendremos que apartar esos añadidos ideológicos, la pérdida de libertad, los derechos que hemos cedido. Espero que no nos volvamos intransigentes y me preocupa mucho la salud mental. Esto va a dejar mucho rastro en la salud mental. Hay personas que han vivido un año intoxicadas por una información que no han podido poner en contexto. Hemos visto que, en el mundo, quizá no tanto en España, hay un problema de aislamiento y soledad importante, y eso va a ser difícil de recuperar”.
Pese a esto, y tras definirse a ella misma como “patológicamente optimista” ha mostrado su confianza en que “vamos a recuperar una mejor normalidad”. “Valoraremos la solidaridad, la ciencia. Confío en que será mejor. Va a sobrevenir un renacimiento, lleno de creatividad y ganas de vivir, con alegría. El sentido común nos va a ayudar, cada uno tiene que ser el gestor de su propio riesgo y a lo mejor así este año recuperaremos un poco de esas cosas tan buenas y saludables, como los abrazos y los besos”, ha concluido.
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