La pandemia sigue dejando unas de las imágenes más duras y tristes que se hayan visto nunca. La última historia ha sido la de Charles ‘Charley’ Torres, quien tuvo que usar su último aliento para despedirse de sus siete hijos, antes de morir por la COVID-19 el pasado mes de febrero. El estadounidense estuvo un mes ingresado en el hospital, desde el pasado 15 de enero y, aunque en ciertos momentos parecía que vencía la enfermedad, finalmente el virus le ganó la batalla.

Postrado en la cama del hospital, conectado a un respirador, Torres usó la poca fuerza que le quedaba en el cuerpo para grabarle un vídeo a sus siete hijos con un testimonio desgarrador. “Os quiero con todo mi corazón. Os quiero tanto. Debéis saber que papá os quiere. Todo va a estar bien”, comentaba en el vídeo a sus hijos, pidiéndoles que cuidaran de su madre cuando él ya no estuviese.

La familia, destrozada

‘Charley’ Torres era de Manvel, Texas, y tan solo tenía 35 años. Padre de siete hijos fue un Eagle Scout en la escuela secundaria, convirtiéndose en bombero del Departamento de Bomberos Voluntarios de su ciudad natal. También trabajó como especialista en Asistencia en Desastres y todo el que lo conocía guarda buenos recuerdos de su persona: “Siempre ha ayudado. Ha hecho tantas cosas por la gente. Siempre decimos, 'El corazón de Charley es más grande que su cuerpo’”, declara su madre, Joanie Torres, en una entrevista con KTRK-TV el pasado viernes.

“Entró y nunca salió. Es como perder tu sombra. No importa a dónde vayas, lo tienes apoyándote todo el tiempo”, añade su padre, Alex Torres, en la misma entrevista. Su hijo murió el pasado 14 de febrero, día de San Valentín, después de un mes ingresado, cuando llegó al hospital con fiebre, aunque en un primer momento creían que era un nuevo episodio pancreático intenso, como ya había sufrido en 2010. “Nunca piensas que te va a pasar. He estado rezando a Dios toda mi vida para que nunca sobreviva a mis hijos”, concluye su padre.