Desde el sábado, Aldi comercializa en sus tiendas test rápidos de venta libre para detectar el coronavirus. Su precio es de 25 euros por cada caja, que contiene 5 pruebas diagnósticas. La puesta en marcha no ha podido resultar más exitosa: en distintas filiales de Berlín y Estrasburgo se agotaron poco después de las siete de la mañana, hora de apertura.

Algunos medios alemanes difundieron imágenes de colas en la puerta de estos supermercados, con mascarillas y carros de compra, antes de que comenzara su horario de atención al público. La cadena era consciente de la potencial demanda existente, por lo que había limitado la cantidad de envases que cada usuario podía comprar.

La web de Lidl, colapsada

Un éxito similar ha tenido Lidl, que también decidió poner a la venta este producto, aunque solamente a través de su página web. Tal fue el aluvión de visitas que hubo problemas con el servidor. Después de la buena acogida que ha tenido en los mencionados comercios, está previsto que las farmacias y otras cadenas de distribución germanas como Rewe y Edeka comiencen a comercializar los test rápidos. 

Fundamentales en la desescalada

Para el Gobierno alemán, los test rápidos son un pilar fundamental en su estrategia de desescalada. Las autoridades sanitarias creen que el uso masivo de estas pruebas diagnósticas ayudará a detectar de forma más rápida a los infectados y se cortarán las cadenas de contagio.

Actualmente, Alemania registra una incidencia acumulada global de 65,6 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. En las últimas 24 horas se notificaron 9.557 nuevos casos y 300 muertes. Respecto a la campaña de vacunación, más de 5 millones de alemanes han recibido al menos una dosis, mientras que poco más de la mitad ha recibido la pauta completa.