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¿Por qué los miembros de la NASA comen cacahuetes durante las misiones espaciales?

La tradición se remonta a 1964, con el lanzamiento de la misión Ranger 7, cuando el ingeniero Dick Wallace llevó cacahuetes para "aliviar un poco la ansiedad".

¿Por qué los miembros de la NASA comen cacahuetes durante las misiones espaciales?
NASA

El pasado 18 de febrero, la nave Perseverance llegó a la superficie de Marte para llevar a cabo su misión. Tras superar los temidos “siete minutos de terror”, descendió sobre el cráter Jezero con el cometido de encontrar evidencias de vida en el planeta rojo y probar si se dan las condiciones para enviar misiones con humanos.

El histórico acontecimiento se pudo ver en directo a través el canal oficial de la NASA, donde los responsables de la misión explicaban desde la sede principal de la agencia estadounidense cómo avanzaba el ambicioso proyecto. Sin embargo, más allá del aterrizaje, hubo un aspecto que llamó la atención de los espectadores: los botes de cacahuetes que colocados junto a las mesas de los distintos ingenieros e ingenieras. Estos alimentos estaban allí para saciar el apetito o reducir el estrés de los allí presentes, pero también para asegurarse de que la misión tenía éxito.

Los cacahuetes de la suerte aparecieron en 1964

Resulta complicado imaginar que en el mundo de la ciencia se crea en supersticiones o amuletos, pero la realidad es que los cacahuetes llevan acompañando a la NASA desde 1964 para asegurarse de todo va bien, según reveló la propia agencia hace unos días en su página web. El 28 de julio de ese año, tuvo lugar la misión Ranger 7. Después de seis intentos fracasados, la presión para tener éxito era muy grande. Para “aliviar un poco la ansiedad en la sala de operaciones de la misión”, el ingeniero Dick Wallace llegó a las oficinas de la NASA con una elevada cantidad de cacahuetes que repartió entre todo el equipo.

“El resto es historia”, manifiesta Wallace. Ese día, el Ranger 7 funcionó a la perfección, al igual que sus sucesores, los Ranger 8 y 9, lanzados en 1965. Enviaron fotografías de la superficie de la Luna y ayudaron a elegir los lugares de aterrizaje para el programa lunar Apolo. Desde entonces, ha sido extraña la ocasión en la que los cacahuetes de la suerte no estaban presentes durante los lanzamientos. Y en los días en los que no llegaron a tiempo, las consecuencias fueron nefastas. En uno de esos casos, la nave se perdió poco después del lanzamiento. En otro, la operación se demoró 40 días, y solo se puso en marcha después de que llegaran.

Hasta la misión Voyager, los cacahuetes se utilizaban exclusivamente el día de los lanzamientos, pero hoy en día están presentes también en las etapas críticas de la misión, como inserciones en órbita, sobrevuelos y aterrizajes. Al ser preguntado por si se trata de una superstición, Wallace es contundente: “Espero que no, y menos ennuestra profesión, que está basada en la lógica”. Sin embargo, el hecho de que ellos mismos los hayan bautizado como ‘Lucky peanuts’ (cacahuetes de la suerte), así como el uso que le dan, hace pensar lo contrario.