CORONAVIRUS

Un experto de la Johns Hopkins pronostica una optimista fecha para la inmunidad de rebaño

El cirujano Marty Makary ha escrito un artículo de opinión para el 'Wall Street Journal' en el que alerta sobre la gran bajada de casos de coronavirus.

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Una de las grandes teorías desarrolladas en estos meses de pandemia para determinar el fin de la COVID-19 es la de lograr la inmunidad de rebaño. Esta supone que un número importante de personas desarrollen anticuerpos, de la manera que sea, de tal forma que la posibilidad de contagio sea muy pequeña porque se consigue una inmunidad bastante masiva.

Se han llevado a cabo experimentos para demostrar su eficacia y expertos han dado su opinión, como Rafael VilaSanjuan, en España, que dijo que podría lograrse a finales de año. Sin embargo, según un experto de la universidad estadounidense Johns Hopkins, que ha adquirido un papel relevante durante la pandemia, esa inmunidad llegará muchísimo antes de lo que imaginamos.

El profesor y cirujano Marty Makary, que enseña en la Facultad de Medicina, escribió este pasado viernes un artículo de opinión en el Wall Street Journal en el que prácticamente lo decía todo con su titular: “Tendremos inmunidad colectiva en abril”.

¿En qué se basa para esta predicción?

“Mi predicción de que la COVID-19 desaparecerá en su mayoría en abril se basa en datos de laboratorio, datos matemáticos, literatura publicada y conversaciones con expertos. Pero también se basa en la observación directa de cuán difíciles han sido las pruebas, especialmente para los pobres”, asegura.

De hecho, siente que su predicción no es compartida por otros científicos. Habla de miedo: “Muchos expertos, junto con políticos y periodistas, temen hablar de inmunidad colectiva. El término tiene connotaciones políticas porque algunos sugirieron que Estados Unidos simplemente dejó que el COVID-19 se desgarrara para lograr la inmunidad colectiva”.

Algunos expertos médicos estuvieron de acuerdo en privado con mi predicción de que podría haber muy poco COVID-19 en abril, pero sugirieron que no hablara públicamente sobre la inmunidad colectiva porque la gente podría volverse complaciente y no tomar precauciones o rechazar la vacuna. Pero los científicos no deberían intentar manipular al público ocultando la verdad”, concluye.

Su principal razón es la bajada de contagios en poco tiempo

“En medio de las terribles advertencias de COVID, se ha ignorado en gran medida un hecho crucial: los casos han disminuido un 77% en las últimas seis semanas”, comienza en sus primeras líneas. Y razona: “En gran parte porque la inmunidad natural a una infección previa es mucho más común de lo que se puede medir mediante pruebas. Las pruebas han capturado solo del 10% al 25% de las infecciones”.

Durante su artículo toma como ejemplo el caso de Estados Unidos, por otra parte en lo alto de la lista de países más damnificados. “Hay motivos para pensar que el país está avanzando hacia un nivel de infección extremadamente bajo. A medida que se han infectado más personas, la mayoría de las cuales presentan síntomas leves o nulos, quedan menos estadounidenses por infectarse”, continúa Makary.

“En la trayectoria actual, espero que el COVID-19 desaparezca en su mayoría en abril, lo que permitirá a los estadounidenses reanudar la vida normal”, reitera. Para él, la clave está en que “los estudios de anticuerpos subestiman la inmunidad natural”, y lamenta estar solo en la lucha: “En mis propias conversaciones con expertos médicos, he notado que con demasiada frecuencia descartan la inmunidad natural, argumentando que no tenemos datos”.

Hay un párrafo que resume su idea principal para alcanzar esa inmunidad en abril, que él considera la única explicación a “la constante y rápida disminución de los casos diarios desde el 8 de enero”. Es el siguiente: “Durante meses he argumentado que podríamos salvar más vidas estadounidenses si las personas con una infección previa por COVID-19 renuncian a las vacunas hasta que todas las personas mayores vulnerables reciban su primera dosis. Varios estudios demuestran que la inmunidad natural debería proteger a quienes tenían COVID-19 hasta que haya más vacunas disponibles”.