El pasado miércoles, 10 de febrero, se producía en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz un suceso que podía haber acabado en tragedia ya que la policía detuvo a un varón de 63, enfermo a causa de la COVID-19, responsable supuestamente de provocar un incendio en una habitación al prender un colchón ayudado de un mechero y gel hidroalcohólico.

El hombre, en un principio, se dio a la fuga aprovechando el desconcierto y el caos reinante, pero fue localizado poco más tarde en la séptima planta del centro gaditano por efectivos de la Brigada de Seguridad Ciudadana y trasladado al Hospital Clínico de Puerto Real, donde permanecía custodiado en el módulo de prisión.

Sin embargo, según han informado fuentes de la Policía Nacional, el arrestado, que ya estaba al tanto de la decisión de la juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Cádiz, que había decretado su ingreso en prisión provisional este viernes, fallecía víctima de un infarto en la madrugada del domingo. Al parecer, tal y como informaba La Voz de Cádiz, este hombre padecía una enfermedad del hígado que le lleva a sufrir periodos confusionales.

Sin daños personales

Finalmente, todo quedó en un gran susto ysolo hubo que lamentar daños materiales como consecuencia del incendio gracias a la labor de sanitarios, servicios de seguridad del hospital, la Policía y los Bomberos. Las llamas provocaron desperfectos tanto en la habitación de origen como en las colindantes, aunque la dirección del centro está valorando la situación, ya que la quinta y la sexta planta tendrán que ser objeto de trabajos exhaustivos de reparación y limpieza.