Una de las características más habituales del coronavirus es que suele afectar principalmente a las personas de mayor edad y con patologías previas. Pero a veces, golpea a individuos cuyo grupo no es de riesgo, como ha sido en el caso de Makenzie Gongora, de 9 años de edad y residente en San Antonio (Estados Unidos).

Según informó el diario estadounidense Today, la menor falleció de forma inesperada mientras dormía tres días después de haber dado positivo. Gongora se había estado quejando de fuertes dolores de cabeza y estómago, además de padecer fiebre alta. Por este motivo, su familia decidió realizarle un test de COVID-19 que confirmó la infección. 

Sin patologías previas

Erica Gongora, tía de la pequeña, señaló en el citado medio que "Kenzie no tenía problemas respiratorios importantes. Todos los síntomas eran leves". Una vez trasladada al hospital, los médicos le dijeron que guardara reposo y se controlara la temperatura al tratarse de un caso leve. En caso de empeoramiento, debía volver al centro. 

Pese a ello, continuaron los síntomas y la noche antes de fallecer, la menor comentó que se encontraba muy cansada. Así, tal y como relató otra tía, Victoria Southworth, la niña se fue a dormir temprano. Tan sólo unas horas más tarde, se confirmó la tragedia: Makenzie no respiraba ni tenía pulso.

Recordatorio

Una vez conocida la fatal noticia, el distrito escolar de Northside (Texas) emitió un comunicado en nombre de Scarborough Elementary, escuela de la pequeña: "La comunidad de la escuela primaria Scarborough está entristecida por la pérdida de la alumna de cuarto grado Makenzie Gongora. Nuestros pensamientos están con su familia durante este momento tan difícil".