CORONAVIRUS

El error que puede hacer que te contagies pese a llevar una mascarilla FFP2

Un experto explica que este modelo de mascarilla está compuesto de un buen material para filtrar pero que, a la vez, dificulta el ajuste a la cara.

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El error que puede hacer que te contagies pese a llevar una mascarilla FFP2
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo EUROPA PRESS

El miedo generalizado ante las nuevas variantes del coronavirus ha llevado a las personas a poner más empeño que nunca en mantenerse a salvo de los contagios. Y una de las medidas más eficaces es usar mascarillas con un alto grado de protección. Por eso, las FFP2, con una capacidad de filtración superior al 90%, se han convertido en las favoritas de muchos.

De hecho, países como Alemania, Francia o Austria, han impuesto la mascarilla FFP2 como algo obligatorio, junto a las quirúrgicas, en espacios públicos. En España, aunque las autoridades no han hecho un llamamiento público para que se utilicen, la demanda de este modelo de mascarilla se ha disparado en un 490% durante las dos últimas semanas.

También José Luis Jiménez, profesor español en la Universidad de Colorado (Estados Unidos) recomienda las mascarillas FFP2, especialmente para evitar contagios por aeorosoles. “Para los aerosoles, las mascarillas son un filtro. El aire que inhalamos y exhalamos debe pasar POR LA TELA DEL FILTRO. Al hacerlo, muchos de los aerosoles se quedan pegados en la tela”, ha explicado en Twitter.

La calidad de la tela para el filtrado quiere decir qué porcentaje de los aerosoles que pasan por allí se quedan pegados. Hay que entender que los filtros no son coladores o tamices. La física microscópica sorprende. Pueden atrapar aerosoles mucho más pequeños que sus agujeros. Se ve que N95 / FFP2 filtran muy bien, las quirúrgicas también (pero ajustan mucho peor). Las de tela de 3 capas, o de dos capas con filtro en medio también filtran bien”, ha añadido.

Debe estar bien ajustada

Sin embargo, el experto ha advertido de que una elevada capacidad de filtración no es suficiente para protegernos. También es necesario que la mascarilla esté bien ajustada a la cara: “Si hay huecos entre cara y mascarilla, al aire le es más fácil ir por ellos. Un hueco del 2% del área de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar”. En este sentido, destaca que “el ajuste es un problema muy gordo para el uso de las mascarillas para la población en general” porque “por huecos que nos parecen pequeños pasa la mitad de aire sin filtrar”. Para argumentar su posición, Jiménez ha compartido un vídeo en el que se pueden observar el efecto de tres mascarillas diferentes. Las dos primeras, una N95 y otra quirúrgica, están mal ajustadas y tienen muchas fugas, mientras que la última ofrece un ajuste óptimo y no deja pasar aerosoles.

Los responsables de la pérdida de eficacia por no ajustar la mascarilla, según Jiménez, no es de los ciudadanos: Es difícil conseguir buen ajuste de N95, sobre todo en la nariz. Hay que trabajar bastante y ajustarse el hierro de la nariz muy bien para que selle de verdad”. En este sentido, señala que el material con el que están elaboradas las mascarillas dificulta su ajuste: El material se escoge para filtrar bien. Pero se le pide a ese mismo material que ajuste bien. Y eso es difícil”.

“Por esa razón dudo cuando hay gente que propone N95 / FFP2 para todos. Si se llevan mal, por su forma, pueden crear más huecos que las de tela buenas, y al final funcionar peor. Las FFP2 / N95 tienen un problema de diseño”, ha concluido.

Técnica para saber si están bien puestas

José Luis Jiménez no es el único experto que insiste en que las mascarillas deben estar bien ajustadas para que nos protejan completamente. Joseph G. Allen, profesor asociado y director del programa Healthy Buildings de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, comparte esta postura y revela una técnica para comprobar que llevamos la mascarilla colocada correctamente: “Hay que colocar las manos sobre la mascarilla y exhalar suavemente. Si haces eso, no deberías sentir que el aire sale por los costados o sube hacia tus ojos. Luego debes mover la cabeza para ambos lados y comprobar que la mascarilla no se te ha movido”, explica en The Washington Post.