La parte del cuerpo que si se protege se pueden reducir notablemente los contagios
Javier Yanes, doctor en Bioquímica y Biología Molecular, afirma en su blog 'Ciencias Mixtas' en 20 Minutos que existe una zona especialmente olvidada: los ojos.
Existen varias medidas destinadas a prevenir los contagios. Entre ellas, destacan el lavado de las manos, mantener la distancia social o el uso de la mascarilla. Aunque según señala en su blog Javier Yanes, doctor en Bioquímica y Biología Molecular, existe una gran olvidada: protegerse los ojos.
Tal y como explica en su publicación 'Ciencias Mixtas' de 20 Minutos, salvaguardar este órgano reduce el contagio en más de un 65%, mientras que utilizar la mascarilla disminuye el riesgo en un 82%. Así lo corroboró un estudio de la revista científica The Lancet, que analizó 172 investigaciones realizadas en 16 países.
Poca recomendación
Por ello, el experto incide en la importancia de resguardar los ojos y se lamenta de que a excepción de los sanitarios, no sea una recomendación mencionada regularmente por las autoridades.
Yanes también apunta en su artículo a una revisión publicada en el British Journal of Ophthalmology: "Aunque parece que la probabilidad de la superficie ocular como vía de entrada de la infección es baja, la infección o transmisión del SARS-CoV-2 a través de la superficie ocular puede causar conjuntivitis y otros malestares oculares. Por tanto, la protección adecuada de los ojos es un procedimiento esencial de prevención, sobre todo para el personal médico".
Sin conclusión tajante
Pese a ello, otros trabajos, como el de la revista Eye, uno en Cell Reports u otro de Nature Communications no muestran ninguna conclusión tajante. Por ese motivo, Yanes recalca que probar o descartar una infección a través del ojo es algo muy complicado, ya que se trata de un órgano muy complejo con diferentes conexiones en el organismo.
La pantalla facial, clave
Aunque para argumentar su recomendación sobre la protección ocular, también se apoya en un estudio hecho en India del que se hizo eco la revista JAMA. En él, se descubrió que los contagios entre los sanitarios que visitaban a enfermos de coronavirus en sus domicilios desaparecieron al utilizar pantallas faciales. Esa fue la única diferencia entre la notificación o no de positivos en este colectivo.