El curioso uso de microondas para desactivar el coronavirus y otros virus en aerosoles
Para sus estudios, expertos utilizan el coronavirus bovino que resulta ser "similar en tamaño y configuración", pero seguro para los humanos.
Pese al inicio de las campañas de vacunación en todo el mundo, expertos siguen realizando miles de investigaciones para conocer a fondo el coronavirus, así como otros posibles medicamentos que puedan hacer efecto ante este virus que ha provocado una pandemia mundial desde el pasado marzo de 2020. Los últimos estudios se centran en probar herramientas experimentales, aquellas capaces de representar ondas magnéticas a una mezcla de aerosoles con capacidad suficiente de variar la potencia, energía y frecuencia de la exposición electromagnética.
Según publican en la revista Review of Scientific Instruments, buscan caracterizar mejor los niveles umbral de energía de un microondas. Con esto, pretenden inactivas partículas virales en aerosol, así como reducir su capacidad para propagar infecciones. Y es que, desde comenzó la pandemia, se ha hablado mucho de la importancia de los aerosoles en los contagios de la COVID-19, por ello es tan importante la ventilación constante en los espacios cerrados, evitando la concentración de estas partículas que vienen por el aire.
Los aerosoles, principal tema de estudio para los expertos
Por ello, esta es una de las materias de investigación en las que más se centran los científicos. Buscan nuevos métodos o herramientas para desinfectar superficies, espacios u objetos ante el coronavirus. Científicos han estudiado ya anteriormente el uso de la energía electromagnética para desactivar virus como el de la gripe en fluidos a granel, sin embargo, no se ha estudiado el papel de la radiación no ionizante, como las microondas, en la reducción de la infectividad de patógenos virales en aerosoles.
Investigadores del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se han centrado en el desarrollo de “un conjunto de herramientas experimentales capaces de presentar ondas electromagnéticas a una mezcla de aerosol de medios biológicos y virus con la capacidad de variar la potencia, la energía y la frecuencia de la exposición electromagnética”, según expone Europa Press. “Creemos que nuestro diseño experimental es capaz de realizar una investigación fundamental de una amplia variedad de mecanismos de inactivación. Este rango de capacidad es especialmente importante dado el rango de posibles mecanismos de interacción que se encuentran en la literatura", explica el coautor del estudio John Luginsland.
Según el estudio, las partes claves de cada uno de los sistemas encajan dentro de los gabinetes de bioseguridad estándar. Con esto se garantiza la contención de patógenos en múltiples capas. En esta línea, los sistemas también están diseñados para evitar la liberación de radiación de microondas en el entorno del laboratorio, y es que, en niveles elevados, podría interferir potencialmente con el equipo de diagnóstico y otros componentes electrónicos.
Uso de un coronavirus "seguro para los humanos"
En sus estudios, los investigadores del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, están utilizando un coronavirus subrogado, seguro para los humanos -conocido como coronavirus bovino-. Lo exponen a un rango de formas de onda de microondas, llegando a frecuencias que van desde los 2.8 GHz a 7.5 GHz. "El coronavirus bovino es similar en tamaño y configuración al coronavirus humano, pero es seguro para los humanos", señala el coautor Brad Hoff.
En caso de que las investigaciones avancen y se demuestre que la exposición a las microondas es eficaz para reducir la infectividad, los expertos podrían avanzar y usar aerosoles que contengan el coronavirus COVID-19 u otros patógenos que infectan a los seres humanos en sus investigaciones. "Si se demuestra que es efectivo, el uso de microondas puede permitir la posibilidad de una descontaminación rápida que actualmente no se aborda con la luz ultravioleta o la limpieza química para áreas muy desordenadas, mientras que potencialmente opera a niveles compatibles con la ocupación humana", añade Hoff.