Macrorave de Llinars: la multa a la que se exponen los organizadores
Tras cuarenta horas de fiesta, fueron detenidos y están acusados de desobediencia y resistencia a los agentes de la autoridad.
Definitivamente, la fiesta celebrada en la nave de Llinars del Vallès (Barcelona) en la madrugada del 31 de diciembre ha sido la mayor irresponsabilidad de la noche y la que más está dando que hablar. Casi 40 horas tuvo de duración hasta que los Mossos d'Esquadra pudieron detenerla. De hecho, los organizadores tenían pensado que durara hasta este lunes día 4.
Los encargados de organizar esta macrofiesta de 300 personas son una chica holandesa de 29 años y un chico de Tarragona de 22, que ya están detenidos, en disposición judicial, y acusados de desobediencia y de resistencia a agentes de la autoridad. Además, la multa que les puede caer podría llegar hasta los 600.000 euros, al ser una sanción administrativa por no cumplir con las medidas sanitarias.
Además de estos dos, hay otras cinco personas que han sido imputadas por estar estrechamente vinculadas a ellos y haber tenido una participación activa en la organización. Por otro lado, ya han sido identificados 215 participantes de los 300, la mayoría de procedencia extranjera, y también se podrían enfrentar a multas de hasta 3.000 euros.
Una fiesta que tenía de todo y que exigió un despliegue policial
Sin duda, la fiesta en la macronave barcelonesa estaba planificada para disfrutar del final de año al margen de la ley sin ningún tipo de reparo. Pero a las 21:00 horas del 31 de diciembre algunos vecinos informaron a la policía del evento que se estaba produciendo en la nave conocida como la Bòbila.
Más de 200 vehículos, la mayoría extranjeros, estaban aparcados fuera. Había aparatos de música a todo volumen, y los participantes estaban sin mascarilla y sin distancias de seguridad. Entre ellos, un centenar de españoles, cinco franceses, diez italianos, tres andorranos y el resto de Austria, Países Bajos y Luxemburgo.
Era tal la magnitud de la ‘rave’ que no había agentes suficientes, pues esa noche tan especial se contaba con 3.500 agentes por todo el territorio y no se quería hacer nada precipitado. Es por ello que se esperó para proceder al desalojo y detener a los asistentes.
Críticas por la tardanza de la actuación de la Policía
Finalmente, más de 200 agentes participaron en el operativo, que se inició sobre las 12:00 del mediodía de ayer sábado 2 de enero, algo que ha generado una oleada de críticas entre los vecinos, partidos, expertos sanitarios y empresarios del ocio nocturno, entre otros, que no entienden que se tardase tanto en actuar.
Según Pere Ferrer, director general de los Mossos, tampoco el viernes, día 1, se daban las circunstancias adecuadas para proceder al desalojo de la macrofiesta: "No se hubiera podido producir con garantías para nadie, ni para los asistentes ni para los policías".
Por esa razón, la fiesta se alargó 40 horas, no hasta lo que preveían los organizadores, pero sí una duración que desde diferentes sectores se ha considerado excesiva. También se ha justificado que la nave estaba en malas condiciones, que muchos de los asistentes tenían un alto grado de alcohol, y por tanto la reacción podía ser “imprevisible”.