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El doctor que descubrió el ébola avisa que un nuevo virus llegará

Jean-Jacques Muyembe advierte de que llegarán nuevas pandemias provocadas por enfermedades zoonóticas que podrían ser más devastadoras que la COVID-19.

El doctor que descubrió el ébola avisa que un nuevo virus llegará
Hugh Kinsella Cunningham EFE

La COVID-19 es solo uno de los muchos virus a los que la humanidad se ha enfrentado a lo largo de la historia. Desde que se identificó la fiebre amarilla en 1901, primera infección de animal a humano, los científicos han encontrado al menos otros 200 virus que pueden enfermar a las personas. Una investigación de Mark Woolhouse, profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas en la Universidad de Edimburgo, se descubren de tres a cuatro nuevas especies de virus cada año. La mayoría de ellos proceden de animales. Y todavía quedan muchos por revelar.

Jean-Jacques Muyembe Tamfum, quien ayudó a descubrir el Ébola en 1976, la humanidad se enfrenta a un número desconocido de virus nuevos y potencialmente fatales que emergen de las selvas tropicales de África. “Ahora estamos en un mundo donde surgirán nuevos patógenos. Y eso es lo que constituye una amenaza para la humanidad”, advierte en CNN. “Todos debemos tener miedo. El ébola era desconocido. La COVID era desconocida. Tenemos que temer a nuevas enfermedades”, asegura, por su parte, el doctor Dadin Bonkole.

Destrucción ecológica y comercio de vida silvestre

Ingende, ciudad situada en la República Democrática del Congo, se encuentra a la expectativa de los resultados médicos de una prueba realizada a una mujer y a sus hijos, pues podría ser la paciente cero de una patología desconocida, llamada “Enfermedad X”. Se trata de la primera infección conocida de un nuevo patógeno que podría asolar el mundo tan rápido como la COVID-19, pero que tiene una tasa de mortalidad del 50% al 90% del ébola, según informa CNN.

A raíz de este hallazgo, Muyembe avisa de que muchas más enfermedades zoonóticas, aquellas que saltan de los animales a los humanos, están por venir y podrían ser más devastadoras que la COVID-19. Entre las más conocidas hasta hora destacan la fiebre amarilla o la rabia, que ya han causado epidemias y pandemias.

Los expertos consideran que el crecimiento de virus emergentes es, en gran parte, resultado de la destrucción ecológica y el comercio de carne de animales silvestres. Con la desaparición de sus hábitats naturales, los animales como ratas, murciélagos e insectos sobreviven donde los animales más grandes son exterminados. Comienzan a convivir con los seres humanos y pueden convertirse en los vectores que pueden transmitir nuevas enfermedades a las personas. “Si vas al bosque, cambiarás la ecología y los insectos y las ratas dejarán este lugar y vendrán a las aldeas. Así que esta es la transmisión del virus, de los nuevos patógenos”, detalla Muyembe.

Uno de los principales problemas es la deforestación de la selva tropical del Congo. De hecho, desde Naciones Unidas advierten que, si continúan las tendencias actuales de deforestación y crecimiento de la población continúan así, podría desaparecer por completo a finales de este siglo. Mientras tanto, los animales y los virus que portan afectarán a las personas de diversas formas, a menudo desastrosas. No obstante, esta situación se podría evitar con una inversión global de 30 mil millones de dólares al año en proyectos para proteger las selvas tropicales, detener el comercio de vida silvestre y la agricultura, según el cálculo de un equipo de científicos con base en Estados Unidos, China, Kenia y Brasil

Detección temprana

Otro factor para evitar futuras pandemias es la detección temprana. Muyembe trabaja en los nuevos laboratorios de INRB, que son el sistema mundial de alerta temprana para nuevos brotes de enfermedades conocidas como el ébola y, lo más importante, para aquellas que todavía no se han descubierto. “Si un patógeno emergió de África, llevará tiempo propagarse por todo el mundo”, señala Muyembe. “Entonces, si este virus se detecta temprano, como en mi institución, habrá una oportunidad para que Europa y el resto del mundo desarrollen nuevas estrategias para combatir estos nuevos patógenos”, añade.