La vacuna contra la COVID-19 está a punto de llegar a España. Salvador Illa, ministro de Sanidad se ha aventurado a predecir este jueves que los primeros viales estarán en nuestro país “en menos de un mes”, es decir, antes del 10 de enero. “Se están logrando resultados muy prometedores en un tiempo récord”, ha manifestado en el Congreso. En cambio, no se ha atrevido a señalar una fecha concreta para comenzar con la vacunación masiva. Se ha limitado a afirmar que la campaña comenzará de manera inmediata.

“Empezamos a vislumbrar un horizonte esperanzador”, ha añadido. Si todo va según lo previsto, y la Agencia Europea del Medicamento lo aprueba, Illa ha revelado que España contará con 140 millones de dosis, suficientes para inmunizar a 80 millones de personas, muchas más de los 47 millones de habitantes que habitan en España: “Las dosis previstas son más de las necesarias, para tener alternativas en caso de que no todas las vacunas sean autorizadas y para contribuir a la solidaridad global”.

Además, España tendrá un papel importante en el desarrollo de varias vacunas, la Agencia Española de Medicamentos ha valorado la capacidad productiva de las plantas españolas y ya se han firmado acuerdos con dos fabricantes: con una planta de Robifarma para la vacuna de Moderna y con el grupo Zendal para Novavax. “En España, disponemos de capacidad científica, tecnológica y de innovación”, ha apostillado. Además, “se han autorizado dos ensayos clínicos en nuestro país de la vacuna de Janssen. 11 equipos científicos trabajan con candidatos a vacunas”.

Dudas de la ciudadanía

Según la última encuesta del CIS, el 8,4 % de los encuestados no quiere vacunarse bajo ningún concepto, pero el 55,2% también se muestra reacio y prefiere esperar a conocer los efectos adversos que pueda tener la vacuna. Por su parte, el 32,5% sí se la administraría inmediatamente. Sobre estos datos, el ministro ha afirmado que el Gobierno entiende “las dudas que puede albergar la ciudadanía” en cuanto a las vacunas, pero asegura que “debe estar tranquila” porque “tendrán un control extraordinario” de farmacovigilancia, es decir, de los posibles efectos secundarios o reacciones que se puedan encontrar tras la administración de la vacuna. Además, ha recordado que “las vacunas salvan vidas y nos protegen frente a muchas enfermedades. Gracias a ellas, por ejemplo, la viruela está erradicada desde 1980”.

Asimismo, ha apuntado que la comunicación y la “máxima transparencia” es la clave para infundir confianza: “Estamos convencidos de que la comunicación ha tenido un papel esencial para asegurar la efectividad de las medidas contra el virus. Ahora tiene que ser más esencial para trasladar a la ciudadanía un mensaje de seguridad y confianza en las vacunas”.

Por ello, durante su intervención ha argumentado también que la revisión de las vacunas por parte de la EMA “se está realizando sin atajos” y que “ninguna será autorizada si no cumple todos los criterios de eficacia y seguridad”. De esta forma, ha aseverado, todas las vacunas que lleguen a España “dispondrán de los mismos niveles de seguridad que las habituales”. “La diferencia es que la EMA ha puesto en marcha un proceso más ágil, que posibilita la evaluación continuada a medida que se generan los resultados, en lugar de al final del procedimiento, como se iba haciendo hasta ahora", ha añadido.

Plan de vacunación

“Nuestro país fue uno de los primeros en organizar una estrategia de vacunación junto con Alemania”, ha destacado Illa, antes de señalar que este plan es único para todo el país y tiene el principal objetivo de proteger “a los grupos más vulnerables”, eligiendo el orden de vacunación porque el número de dosis será “limitado” en las “primeras etapas”. “Se han establecido cuatro criterios de riesgo. Se han priorizado los residentes de centros de personas mayores, personal sanitario y grandes dependientes no institucionalizados”, ha detallado. La estrategia de vacunación también incluye “un plan específico de vigilancia para las reacciones adversas”.

Pese al desafío que pueda suponer una campaña de vacunación como esta, Illa ha reivindicado la capacidad de España para sacarla adelante, fijándose en los datos de la campaña de gripe, en la que la cobertura de vacunación ha aumentado “más de diez puntos”, hasta “cerca del 65%”, en mayores de 65 años, pese a que todavía no ha terminado. En total, se ha vacunado contra la gripe a “14 millones de personas”, a pesar de que “los servicios de salud hacían frente a la gestión de la segunda ola”. “Tenemos razones reales para confiar en la capacidad de nuestro sistema sanitario para realizar la vacunación”, ha ratificado.

La situación aún es crítica

Pese a que la inminente llegada de las vacunas dibuja un futuro muy optimista, Illa ha recordado que España todavía se encuentra en “un momento muy crítico de la pandemia”, pese a que está doblegando la curva por segunda vez. “Acabamos de pasar un largo puente, estamos a las puertas de la Navidad y el invierno... No podemos bajar la guardia, debemos seguir manteniendo las medidas de seguridad”, ha reclamado.

Si bien ha celebrado la bajada durante cinco semanas consecutivas de la incidencia acumulada en España, pasando de 530 casos por 100.000 habitantes en 14 días en la primera semana de noviembre a 193 ayer, advierte que “seguimos en unas cifras de transmisión muy altas, el descenso de la incidencia está siendo lento. Ya sabemos que las situaciones de reducción de la curva son frágiles, por lo que debemos seguir siendo prudentes. Todavía tenemos un recorrido importante hasta llegar al objetivo de bajar la incidencia a 25”.

Por eso, ha insistido “en la importancia de celebrar unas fiestas diferentes”. “En estos momentos, cuidarse a uno mismo es cuidar al otro. Hay que minimizar los contactos y reducir la movilidad, ventilar los espacios, realizar encuentros al aire libre, evitar aglomeraciones, no salir de casa si se tienen síntomas por mínimos que sean. Podemos celebrar las fiestas, pero en casa. Cuidarnos es el mejor regalo de esta Navidad”, ha concluido.