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CORONAVIRUS

Existen otros tipos de coronavirus en murciélagos capaces de saltar a los humanos

Shi Zhengli, viróloga de Wuhan, sugiere también que los murciélagos y posibles huéspedes intermedios del SARS-CoV-2 deberían buscarse en otros países de Asia.

Existen otros tipos de coronavirus en murciélagos capaces de saltar a los humanos

Los murciélagos que habitan en las regiones del sur y suroeste de China albergan otros tipos de coronavirus que podrían transmitirse a los humanos, como pasó con el virus SARS-CoV-2, que ha creado una grave pandemia mundial. Esta es la advertencia que ha lanzado Shi Zhengli, viróloga del Instituto de Virología de Wuhan, durante un seminario en línea organizado por la Academia Nacional de Medicina y la Academia Veterinaria de Francia.

La experta también sugiere que, probablemente, estos virus, incluidos los parientes cercanos al que ha causado la COVID-19, estén circulando en la naturaleza más allá de China, por lo que plantea ampliar los estudios a otras naciones: “No solo deberíamos buscarlos en China, sino también en los países del sur de Asia”. En cambio, el profesor David Robertson, que estudia virus en la Universidad de Glasgow, dijo que las investigaciones deberían seguir centradas en China. “Estamos bastante seguros de que los pangolines han contraído su virus, presumiblemente de los murciélagos de herradura, después de ser importados a China”, dijo en The Guardian.

Se defiende de las acusaciones

Descubrir el origen del coronavirus se ha convertido en una guerra entre China y Estados Unidos, repleta de acusaciones en ambas direcciones. De hecho, el laboratorio de Shi fue acusado directamente de ser la fuente de una fuga viral accidental a principios de año. Sin embargo, no hay evidencia que corrobore esta acusación y Shi la ha negado enérgicamente.

Respecto a cómo el virus llegó a las personas, actualmente se cree que fue a través de los murciélagos. Pero la experta considera que es más probable que el virus se transmitiera a otro animal que sirvió de huésped intermedio antes de llegar a los humanos. Reconoce que ese animal todavía no se ha identificado, pero destaca la teoría de que podría haber sido el pangolín. En caso de ser así, la viróloga plantea que el salto del murciélago al pangolín se produjo fuera de China, ya que todos los pangolines que llegan a China son introducidos de contrabando desde otras naciones asiáticas, incluida la India.

El coronavirus lleva décadas entre los murciélagos

Por otra parte, Shi confiesa que tampoco está claro cuánto tiempo lleva el coronavirus circulando entre el animal sospechoso de la transmisión, o entre los propios humanos, antes de ser detectado en diciembre de 2019. Podría haber estado en uno u otro “durante mucho tiempo”, opina.

El profesor Edward Holmes, virólogo de la Universidad de Sydney, coincide con Shi en esta afirmación: “Es perfectamente posible que el evento inicial de transmisión entre especies no haya ocurrido en Wuhan o sus alrededores”. “Puede que ni siquiera haya sucedido en la provincia de Hubei, aunque obviamente hay una gran cantidad de animales posibles para probar para resolver esto”, añade.

Un análisis genealógico llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores reveló también hace unos meses que el nuevo coronavirus lleva entre 70 y 40 años en los murciélagos sin ser detectado. “Eso se ve claramente en nuestros análisis. En ese tiempo se pueden haber diferenciado más linajes con los rasgos adecuados para infectar a los humanos. Este largo periodo de divergencia sugiere que hay linajes víricos en murciélagos con potencial zoonótico que no han sido muestreados”, afirmaron los investigadores del estudio, publicado en la revista Nature Microbiology.

Que los virus hayan sobrevivido tanto tiempo sin ser detectados “demuestra la escala y la naturaleza de los problemas que presenta la transmisión zoonótica a los humanos. Puede haber numerosos virus aún no detectados capaces de infectar a las personas que residen en huéspedes animales”, afirmó en BBC News Mark Pagel, profesor de la Universidad de Reading. Por eso, los expertos destacan la necesidad de disponer de un sistema de vigilancia de enfermedades humanas en tiempo real que “rápidamente” pueda identificar y clasificar patógenos.