El modelo olvidado contra la COVID-19 que puede salvar las Navidades
Finlandia es uno de los países menos perjudicados por la pandemia del coronavirus gracias a su modelo de rastreos, cuarentenas y controles fronterizos.
Las Navidades están a la vuelta de la esquina y el final de 2020 no se parecerá en nada a otros años, en los que las familias hacen grandes reuniones para celebrar un año más que están juntos y entrar así de la mano en un nuevo año. Las actuales restricciones de coronavirus no permiten juntarse a más de seis personas, a no ser que sean convivientes, pero muchas familias desean reunirse para despedir un año tan malo como ha sido el 2020.
Los diferentes Gobiernos europeo podrían dar el brazo a torcer para ofrecer a los ciudadanos sus grandes deseos, pero esto podría ser perjudicial a la hora de la evolución del coronavirus, como ya ha advertido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Parlamento Europeo.
Cuarentenas y controles fronterizos
Una estrategia similar a la de China
La estrategia de Finlandia se asemeja a la de China para terminar con los contagios por coronavirus. Desde un primer momento, el país nórdico optó por la prevención y puso en marcha un plan de cuarentenas, aislando a la población para evitar lo que más tarde ocurrió en el resto de países. Gracias a ello, en Finlandia se ha logrado salvar tanto a las personas como a la economía. Esto les ha permitido tener sus actividades sociales abiertas, en comparación con el resto de países que ahora viven en confinamientos y restricciones sociales.
Lo mismo ocurre en Noruega
Pero no solo Finlandia se beneficia de su gran actuación frente al coronavirus, sino que sus vecinos Noruegos siguen un plan similar. En ambos países se han establecido estrictos controles en la entrada y salida del país, así como el aislamiento obligatorio para los viajeros que llegan a sus fronteras, en comparación con el resto de países europeos que permiten entrar, casi a su libre albedrío, a aquellos que viajan para visitar sus ciudades.
En Noruega, además, las autoridades solicitan un certificado de test negativo en coronavirus para poder acceder al país, además de tener que realizar un aislamiento durante 10 días en un hotel autorizado para ello. Aquellos que no respetan la normativa, son sancionados con abultadas multas e incluso con la deportación.
Además, cuentan con exhaustivos rastreos en las cadenas de contagios para evitar que el virus se propague entre la población, algo que, por ejemplo, no ocurre en España, donde el problema de los rastreadores ha sido un fijo desde los inicios de la pandemia.
Sin viajes a Europa en verano
Otra cuestión importante para los finlandeses ha sido el verano. Las autoridades del país solicitaron a sus ciudadanos que no realizasen viajes fuera de sus fronteras para evitar contagios, algo que respetaron a rajatabla y más de un 94% de los finlandeses veranearon dentro de su país, lo que puede establecerse como la clave del éxito para la baja incidencia de contagios de la nación.
"Cuando el gobierno establece reglas para protegernos de la pandemia, no salimos a las calles a protestar, como pasa en otros países”, declaró Vivikka Richt, portavoz del Ministerio de Salud de Finlandia en referencia a las manifestaciones contra las restricciones a causa de la COVID-19 en Estados Unidos y Europa.