'Niebla mental', la dolencia que sufre una de cada 20 personas que supera la COVID-19
La 'niebla mental' es una secuela neurológica que se caracteriza por un sentimiento de desorientación, aturdimiento y pérdida de memoria.
No todos los pacientes que superan el coronavirus prosiguen su vida sin ningún resquicio de la enfermedad. Según El Mundo, una de cada veinte personas padece 'niebla mental'. Este concepto ha sido definido por la bióloga Bárbara Gallavotti como “una secuela que afecta a nuestras capacidades mentales a medio y largo plazo”.
Esta secuela, que suele afectar a personas entre 18 y 49 años, principalmente, incluye gran cantidad de posibles síntomas, entre los que se encuentran la pérdida de memoria, la angustia, la confusión o dificultades para mantener la concentración. Estas incapacidades generan, por lo tanto, problemas para desempeñar actividades laborales y, en general, para realizar una vida cotidiana con naturalidad.
“Me levanto, estoy realizando mi día a día normal y de repente me he olvidado de recoger a mis hijos del colegio”, lamenta Elisabeth Semper en una conversación con TVE. “Al principio pensaba que se debía al confinamiento, pero cuando siguió ocurriéndome después de estar encerrada rechacé esa hipótesis”, añade.
Una secuela habitual
Una encuesta realizada en Canadá a 3.930 personas que han superado ya la enfermedad muestra que la 'niebla mental' fue el cuarto síntoma más común de los reflejados por los participantes en el sondeo. De hecho, más de la mitad aseguran haber tenido pérdidas de memoria y problemas para mantener la concentración.
Un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades resolvió que 1 de cada 5 adultos con una edad comprendida entre los 18 y los 34 años no habían sido capaces de mantener una salud mental óptima tras la infección. En la misma línea se dirige una investigación francesa en la que se analizaron los casos de 120 pacientes ingresados. De ellos, un 34% tenía problemas de memoria y un 27% eran incapaces de concentrarse varios meses después del ingreso.
“Te levantas por la mañana y parece que te hayas bebido una botella de vino entera. No consigues despertarte rápido, te cuesta concentrarte y a veces no encuentras las palabras que quieres usar”, explica Silvia Soler, una ciudadana que todavía padece dolores corporales y secuelas neurológicas ocho meses después de su infección.
Por todo ello, los científicos tratan de descubrir cuáles son los motivos que producen este problema. Aluko Hope, especialista en UCI del Hospital Montefiore de Nueva York, afirma que las personas que sufren estos trastornos “no son solo personas mayores, sino que se manifiesta también en personas sanas que han pasado el virus sin problema”.
El presidente de la Sociedad Española de Neurología, José Miguel Láinez, relaciona la 'niebla mental' principalmente con personas que “han estado ingresadas en la UCI y que, a causa de estar intubados, sus cerebros han sufrido hipoxia”, aunque reconoce que también se manifiesta en pacientes con cuadros de COVID-19 leves.
“El origen de este problema puede ser múltiple y hay que descartar su vinculación a problemas psicológicos. La niebla mental podría producirse a causa de una lesión vascular inflamatoria de las arterias o por problemas inmunológicos frente a las neuronas cerebrales”, ha concluido.