El cohete Vega que transporta el satélite español de observación terrestre ‘Ingenio’ y el francés ‘Taranis’ se ha desviado de su trayectoria poco después de ser lanzado esta madrugada desde el puerto espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, “lo que supuso la pérdida de la misión”.

A los ocho minutos del despegue el cohete se perdió debido a una ‘anomalía’ en su trayectoria prevista, según informaron los técnicos desde el centro espacial durante la transmisión televisada por la Agencia Espacial Europea (ESA). Antes de cortar el vídeo, los técnicos añadieron que era necesario esperar para obtener más datos al fin de saber qué ha sucedido. A lo largo de esta mañana, un responsable de la ESA comparecerá en rueda de prensa para proporcionar más detalles sobre lo ocurrido.

El cohete fue lanzado, como estaba programado, a las 02:52, hora peninsular española (01:52 GMT), y tenía previsto, según los planes de Arianespace, separar el satélite español 54 minutos después del despegue y hacer lo propio con el satélite galo 1,42 horas tras el lanzamiento.

600 imágenes al día

Seosat-Ingenio es un satélite óptico de alta resolución dedicado a uso civil y consta de dos módulos principales: una plataforma o módulo de servicio y la carga útil o instrumentos. Debía situarse en una órbita heliosíncrona, a una altitud de aproximadamente 670 kilómetros desde donde se esperaba que pudiera examinar la Tierra. Sus “ojos” son capaces de obtener imágenes detalladas y de alta resolución, lo que puede utilizarse para la cartografía, la vigilancia del uso del suelo, el desarrollo urbano y la gestión de agua. Gracias a su capacidad de apuntar a los dos lados, Ingenio puede acceder a cualquier lugar de la Tierra en un plazo de tres días.

Así, de haber tener éxito la misión, sus imágenes se hubieran usado para el mapeo rápido de incendios, monitorización de humedales, seguimiento de cultivos para alerta temprana de procesos de sequía o para ayudar en el control de fronteras.

Este satélite óptico está equipado con dos telescopios tipo Korsh o “cámaras”, capaces de tomar imágenes en pancromático (blanco y negro) y en multiespectral (color). Gracias a ellos, Ingenio está preparado para tomar 600 imágenes al día con una resolución de 2,5 metros: sus cámaras, estableciendo un símil, podrían distinguir una moneda de 1 euro a 10 kilómetros de distancia.

Está considerado como uno de los hitos de la industria aeroespacial española, que ha liderado su construcción y que se iba a encargar durante los próximos años tanto del control de la misión como de las comunicaciones y del procesamiento de todos los datos que tenía que proporcionar.