Los ascensores son un espacio peligroso para la propagación del coronavirus. Son habitáculos pequeños, con nula o poca ventilación, donde las personas que van en él no guardan la pertinente distancia de seguridad. Los expertos han pedido desde el principio de la pandemia evitar su uso, pero hay que veces que no es posible y por eso se ha trabajado para tratar de parar la transmisión de la COVID-19 en los ascensores.

Así, un inventor de Denia (Alicante) ha patentado un ascensor que elimina el aire y de las superficies de contacto todo rastro de la COVID-19 mediante el uso de rayos ultravioletas. Cada vez que no se utiliza y no tiene ocupantes, el ascensor se desinfecta con estos rayos ultravioletas. El responsable de tamaño descubrimiento es José Roig, gerente de una compañía puntera en el diseño, fabricación e instalación de máquinas para el procesado de frutos secos.

España, país con más ascensores por habitante

El alicantino explica que la crisis de la COVID-19, que le provocó una caída de su actividad, le hizo readaptarse a la nueva situación y empezó a pensar en cómo frenar el avance de los contagios en nuestro país. Roig se dio cuenta que España es el país con más ascensores por habitante del mundo y llegó a la conclusión de que estos espacios representan un peligro muy importante para la circulación del virus, porque en ellos se dan las condiciones perfectas para que una persona contagie a otra.

Por eso, se afanó en el desarrollo de un ascensor “antiCOVID” que utiliza la tecnología que emplean en su empresa, basada en la pasteurización que elimina patógenos con rayos ultravioleta. En este sentido, y aprovechando el conocimiento previo que ya tenía, la patente de Roig utiliza aproximadamente 200 ó 220 nanómetros de luz ultravioleta y consigue desinfectar el ascensor de forma segura y “en menos de un minuto”, asegura.

Señal de alarma si hay más usuarios de los aconsejados

Además, el desarrollador también ha pensado en la importancia de que no se acumulen personas dentro del ascensor. Así, su invento incorpora un mecanismo de bloqueo que cierra las puertas y lanza un mensaje de alarma si detecta que hay dentro más usuarios de los que se aconsejan. De este modo, además de garantizar que el ascensor es un espacio libre de virus, también hace viable el respeto de la distancia de seguridad.

Roig no ha especificado dónde habría que usar este nuevo ascensor antiCOVID-19, pero es evidente que es idóneo para todo tipo de edificios, desde centros sanitarios o colegios, hasta bloques de viviendas, pasando por los ascensores comunes que encontramos en el transporte público.

El ascensor antiCOVID que ha patentado José Roig no es su primer invento. Su familia ha sumado 40 patentes relacionadas con la tecnología que utilizan para todo tipo de frutos secos y él solo tiene 14 a su nombre, además de otras cuatro que tiene actualmente en tramitación.