Nueva Zelanda paraliza Auckland para rastrear un único caso de COVID
Las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda han decidido cerrar parte de Auckland para rastrear el contagio de una estudiante que omitió el aislamiento.
Las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda han anunciado el cierre del núcleo urbano de Auckland desde mañana para intentar rastrear el contagio por coronavirus de una estudiante.
El ministro de la Respuesta contra la COVID-19, Chris Hipkins, ha instado a la población que desempeñe su actividad laboral en el centro de la ciudad más grande del país a que trabaje desde casa “siempre que sea posible”. Con ello, evitaría la movilidad de unas 100.000 personas. Además, ha anunciado el cierre del Ayuntamiento, la biblioteca y otros centros públicos.
“Si por fuerza tienen que acudir al área, por favor, lleven mascarilla y guarden la distancia mínima mientras se sigue buscando el origen del contagio”, ha indicado Hipkins. El contagio al que se refiere es el de una estudiante universitaria que, tras realizarse la prueba diagnóstica el pasado martes, omitió la cuarentena y fue a trabajar, cara al público, el miércoles.
El recorrido de la estudiante
La paciente, que recibió el resultado de su prueba hoy, se subió a varios vehículos Uber, estuvo en cuatro restaurantes y cafeterías de la ciudad para comer y visitó unos grandes almacenes. “La persona contagiada llamó a su trabajo para decir que estaba enferma y que le habían recomendado el aislamiento, pero tras hablar con su jefe fue al trabajo y utilizó mascarilla”, ha explicado el Ministerio de Salud.
Los rastreadores han puesto en cuarentena a dos amigas de la joven y se ha aislado a los residentes del bloque de apartamentos donde reside. Además, se han realizado pruebas a los vecinos mientras que a ella se le ha trasladado a un centro de cuarentena cercano a su domicilio.
La estudiante no había acudido a la universidad desde mediados de octubre. “Estamos trabajando para rastrear los desplazamientos de la paciente en la última semana para tratar de localizar su contagio”, ha explicado el director general de Salud, Ashley Bloomfield.
Reacción institucional
El alcalde de la localidad ha instado a la población a que cumpla las reglas para “poder superar el problema”. Mientras tanto, el propio Hipkins ha asegurado que las autoridades sanitarias están actuando de forma “tranquila y metódica”, lanzando un mensaje de calma a la población.
En Nueva Zelanda se han producido desde el inicio de la pandemia 1.991 contagios por coronavirus y 25 fallecimientos, siendo uno de los países del mundo donde mejor se ha gestionado la pandemia. De hecho, se han podido apreciar actitudes de la antigua normalidad, como eventos deportivos o musicales con alta afluencia de público. Tanto es así que la primera ministra, Jacinda Ardern, logró recientemente la mayoría absoluta gracias a su gestión de la pandemia.
Sin embargo, según la profesora titular de Salud en la Universidad de Otago, Lesley Gray, los neozelandeses cada vez son más reacios a las medidas de protección. “Durante la semana he viajado por el país y he observado el uso mínimo de desinfectante de manos en zonas públicas, escasos puntos de control con la aplicación de la COVID-19 en el aeropuerto y mínimo uso de la mascarilla”, ha reflejado preocupada.