Oriol Mitjà: "Acabamos de pasar el pico de la segunda ola"
El epidemiólogo afirma que ya se ven los resultados de las medidas impuestas en octubre y aboga por los test de antígenos para prevenir el confinamiento.
Entre tantas malas noticias que nos llegan sobre la situación de la COVID-19 en España, el epidemiólogo catalán Oriol Mitjà ha arrojado algo de luz. “Parece que acabamos de de pasar el pico de la segunda ola y que estamos viendo que las medidas que se impusieron a mediados de octubre están dando sus frutos”, ha afirmado en una entrevista para ‘El Suplement’ de Catalunya Ràdio. Respecto a estas medidas restrictivas no se ha aventurado a señalar la medida más eficaz porque no entra dentro de su campo, pero sí ha comentado que medidas como el confinamiento, la reducción de aforos o el toque de queda han tenido efectos diferentes a la hora de “disminuir el número de contactos total y, por tanto, el número de posibilidades de que hubiera una red de transmisión”.
Firme defensor de los test de antígenos
“Una vez la pandemia está en cifras más bajas porque hemos usado las medidas restrictivas hay otras estrategias como los cribados que puedes usar como medida preventiva para evitar llegar a un tercer rebrote y un nuevo confinamiento” que podría salir “muy caro para la sociedad”, ha explicado el epidemiólogo. En este sentido, ha propuesto al Govern que el ámbito privado contribuya en la lucha contra la pandemia por medio de test de antígenos, cuya eficacia demostró él mismo en un estudio que lideró junto a la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas y el Hospital Can Ruti.
Concretamente, el estudio concluye que las pruebas Ag-RDT de Panbio COVID-19, que se realizarán gracias al cambio de protocolo de Salud, son particularmente eficaces tanto en personas sintomáticas como asintomáticas cuando hay unas cargas virales muy altas, que se asocian con una elevada transmisión. El estudio compara el test rápido y las pruebas PCR, que, por su parte, implican un laboratorio, tiempo para procesar los resultados y tienen un alto coste económico.
Concretamente, la sensibilidad de las pruebas rápidas es mayor en personas sintomáticas (92,6%) y sus contactos (94,2%) y más bajo entre los contagiados asintomáticos (79,5%). En comparación con el estándar PCR, los test de antígenos han demostrado una sensibilidad del 91,7% y una especificidad del 98,9%. Para llegar a estas conclusiones, se han procesado un total de 1.406 muestras nasofaríngeas congeladas con un resultado de PCR disponible. El test de antígenos ha identificado la presencia de SARS-CoV-2 en 872 de 951 pruebas con resultado positivo de PCR, mientras que ha descartado la presencia del virus en 450 de 455 muestras con resultados negativos de PCR.
“Los resultados de este estudio permiten afirmar que las pruebas rápidas son herramientas útiles para comprobar la presencia del virus en la población y, por lo tanto, se pueden utilizar para reducir la transmisión de COVID-19 en la comunidad”, ha concluido Mitjà. En este sentido, el infectólogo ha destacado que las pruebas rápidas urgen especialmente en las residencias de ancianos, donde “hay que crear un muro” con ellas, garantizando su realización a los trabajadores sanitarios o los visitantes. También ha afirmado que “las residencias situadas en barrios con menos renta son más vulnerables al coronavirus”.