Iker Jiménez analiza las secuelas del coronavirus
El presentador volvió a rodearse de expertos en 'Horizonte. Informe COVID' para intentar resolver nuevas incógnitas sobre la pandemia.
Iker Jiménez volvió a ser protagonista en el prime time televisivo gracias a un nuevo programa de 'Horizonte. Informe COVID'. En esta ocasión, el presentador dedicó el especial a intentar resolver incógnitas respecto a las secuelas que deja el coronavirus en aquellas personas que lo sufren.
La primera experta en intervenir fue la directora de neurología del hospital Anderson de Houston, que relató algunas consecuencias de la enfermedad: "Dependiendo de los estudios, alrededor del 20% tienen síntomas neurológicos, como puede ser dolor de cabeza, pérdida de olfato o del gusto. Luego, pueden desarrollar en un porcentaje más bajo, alrededor del 1%, otras severidades como ictus. De los enfermos que requieren hospitalización, no sabemos mucho".
"Hay casos anecdóticos de enfermedades neurodegenerativas. Sabemos por autopsias que se han hecho que hay una invasión rara, pero existe. Se produce un daño inflamatorio, sistémico, que puede traer consecuencias a corto plazo y que pueden ser pasajeras o crónicas. Provocan daños en la capa de mielina, que está relacionada con procesos neurodegenerativos. Se observa que hay un componente de inflamación crónica y se produce daño a las neuronas por vía inflamatoria", declaró.
Colectivo COVID-19
María Eugenia Díez, técnico en cuidados auxiliares de enfermería y técnico superior de anatomía patológica y citología, es la coordinadora del Colectivo COVID-19. Se contagió el 22 de marzo y desde entonces ha desarrollado innumerables secuelas que relató.
"Soy enfermera y tengo 42 años. Empecé con dolor en el pecho y cefaleas acusadas. Pensaba que era de la mascarilla o del estrés. A la semana, tuve 37,7º de fiebre y no me podía mover de la cama. Me hicieron una placa y no tenía neumonía, pero eso fue a más. Me encontraba cada vez peor, tenía la visión borrosa y no encajaba con el protocolo. Di PCR positivo hasta los 26 días, pero me seguía encontrando fatal y aparecían síntomas nuevos. Notas que no puedes más. Cada vez estaba peor, no me recuperaba ni pasando los 14 días recomendados. No me encontraba bien y nadie sabe decirte si se te va a ir o no", declaró Maria Eugenia.
"Casi siempre lo achacan al estrés, pero no creo que sea el principal problema. Ahora ya estoy incorporada, alterno bajas y noto mucho cansancio. Depende del día, tengo síntomas que van y vienen. Lo llamamos montaña rusa. Nosotros distinguimos entre secuelas y síntomas persistentes. Yo he perdido capacidad de memoria y era muy activa, pero ahora no puedo leerme un libro, porque no lo asimilo. Confundo palabras y objetos. El tema neurológico es el que más me preocupa", añadió la sanitaria.
Santuario biológico
Tomás Segura, director de la Unidad de Ictus en el servicio de Neurología del Hospital de Albacete, explicó cómo afecta el patógeno al cerebro: "El cierre del cerebro es hermético. Lo protege de los tóxicos, de los fármacos y por eso cuesta tanto tratar infecciones. Esta ventaja, que lo hace un santuario biológico, se ha roto en la COVID".