Un artículo señala que la estrategia de Suecia contra la COVID-19 es "un desastre"
El activista Kelly Bjorklund y el científico Andrew Ewing destacan en la revista Time que ha sido el único país junto a Estados Unidos que no ha logrado reducir la tasa de mortalidad.
Suecia ha sido uno de los países que ha optado por un modelo de contención más laxo frente al coronavirus. Pero los resultados no están siendo todo lo bueno que las autoridades esperaban, puesto que su tasa de mortalidad respecto a otras naciones nórdicas es muy superior.
Hasta esta semana, los gobernantes habían favorecido las llamadas a la responsabilidad individual en vez de establecer restricciones, puesto que simplemente recomendaron determinadas precauciones a sus ciudadanos.
Pero esta estrategia ha sido muy polémica en dicho territorio, especialmente en los momentos de mayor incidencia de la pandemia, cuando las cifras de contagios y muertes eran superiores a las de otros países de su entorno que sí habían establecido diversas limitaciones.
Rozan las 6.000 muertes
Un "desastre" de estrategia
Con las estadísticas en la mano, la revista Time ha publicado un artículo del activista Kelly Bjorklund y el científico sueco Andrew Ewing en el que afirman que la estrategia sueca ha sido un "desastre", pues el único país junto a Estados Unidos que no ha logrado reducir la tasa de mortalidad por coronavirus a medida que la pandemia ha ido evolucionando.
Según los datos recogidos en la publicación, la tasa de mortalidad en Suecia se sitúa en 58 por cada 100.000 habitantes, mientras que Finlandia registra una tasa de 6, en Dinamarca es de 11 y en Noruega es de 5. En esta tabla España se sitúa en primer lugar, con una incidencia de mortalidad de 70 por cada 100.00 habitantes, seguida de Estados Unidos, con 65, y Reino Unido, que tiene 63.
Nuevas restricciones
Con esta complicada situación, el Ejecutivo sueco anunció la semana pasada que a partir del próximo 1 de noviembre entrarán en vigor nuevas restricciones en el ámbito de la restauración y del ocio nocturno.
Una de las novedades es que se limitarán a ocho personas el número de las que podrán sentarse a una mesa en un restaurante. Asimismo, los clubes nocturnos solo podrán acoger al mismo tiempo a un máximo de cincuenta personas y los eventos públicos podrán contar con una asistencia de hasta 300 personas siempre que se trate de público sentado y que se pueda garantizar que se mantiene la distancia de seguridad.