Con solo 14 años, Anika Chebrolu ya es una científica consagrada después de crear un posible tratamiento contra la COVID-19. “Desarrollé esta molécula que puede unirse a una determinada proteína en el virus SARS-CoV-2. Esta proteína, al unirse a otra del virus, detendrá su función”, explicó la joven, estudiante del Independence High School en Frisco, Texas, en la cadena KTVT

Anika llegó a su hallazgo con una base de datos de más de 682 millones de compuestos, y mediante un programa informático descubrió cómo y dónde se uniría la molécula al virus. Este importante trabajo le llevó a ganar el 3M Young Scientist Challenge, premio valorado en 25.000 dólares, algo más de 21.000 euros. “Es emocionante. Todavía estoy tratando de procesar todo”, confesó tras obtener el reconocimiento.

“Siempre me han apasionado los experimentos científicos desde mi infancia y quise encontrar curas efectivas para la enfermedad de la influenza después de un episodio severo de infección el año pasado. Me gustaría aprender más de los científicos de 3M para continuar con el desarrollo de mi fármaco y, con su ayuda, realizar pruebas in vitro e in vivo”, aseguró en unas declaraciones para el 3M Young Scientist Lab.

Comenzó buscando fármacos para la gripe

La joven estaba trabajando en encontrar formas para combatir la gripe estacional, pero sus planes, como los de muchos otros científicos, cambiaron al comenzar la pandemia y los encaminó a combatir la COVID-19. Explicó que el alcance de la pandemia y las historias sobre las personas que estaban sufriendo inspiraron su trabajo.

También quiso acordarse de su abuelo por animarla y apoyarla para que se dedicara a la ciencia. “Cuando era más joven, mi abuelo siempre me empujaba hacia la ciencia. De hecho, era profesor de química, y siempre me decía que me aprendiera la tabla periódica de los elementos y todo lo relacionado con la ciencia... Y con el tiempo simplemente me encantó”.