Australia suma al coronavirus la llegada de la gripe y un brote de gripe aviar
El final del año 2020 se avecina negro para el país de Oceanía pues la pandemia de la COVID-19 no será lo único a superar para ellos.
Australia es uno de los países más idílicos y deseados para viajar por el atractivo de sus paisajes. Sin embargo, ahora mejor no hacer una visita. La pandemia del coronavirus ha encontrado dos nuevos acompañantes para pasar el invierno en la isla, por un lado la gripe que suele llegar en los meses de frío, y por el otro un grave brote de gripe aviar.
Se le acumula el trabajo a Australia en materia sanitaria. Además del coronavirus, que a pesar de su lejanía geográfica ha afectado de la misma forma, también ha llegado la gripe. No es algo nuevo ni reciente porque las condiciones atmosféricas de la zona hacen que el invierno llegue antes, de forma que realmente esta circunstancia tradicional y estacional en los meses fríos ya está plenamente instalada en la nación de los canguros.
Sin embargo, preocupa más el efecto que puede provocar en la salud unida al grave brote de gripe aviar, que está acabando con miles de aves sacrificadas, y a los contagios por coronavirus.
Australia, golpeada por la COVID-19
Está claro que este país no ha sido uno de los más afectados por el coronavirus si se compara con Estados Unidos, China, Italia o España. Sin embargo, tampoco lo está pasando bien. Supera ya en octubre los 27.000 casos y no alcanza de momento los 1.000 fallecidos, viviendo uno de los mejores momentos y con la curva más aplanada. Los infectados diarios no llegan actualmente a los 20.
En materia económica, los efectos han sido devastadores, con una recesión que es la primera en 30 años, ya que la última data del año 1991. Por tanto, toca recuperarse en este aspecto a la vez que mejora la situación de los contagios por coronavirus en la isla.
Lo peor de la gripe ya ha pasado
Mientras en gran parte de Europa el invierno aún no ha llegado y el otoño no ha hecho nada más que comenzar, en el hemisferio sur ya han superado los peores meses de frío, que suelen ser de junio a septiembre. Igual que se comenta aquí para Europa, debido a las nuevas medidas de higiene como la mascarilla o el distanciamiento social, los contagios de gripe han descendido.
Han tenido solo 121 en agosto frente a los 61.084 del mismo mes en 2019. Es decir, una barbaridad de diferencia que supone también un dato de esperanza para el resto de países que aún tienen que pasar por ahí.
La gripe aviar, lo más preocupante ahora
No se puede cantar nunca victoria en cuanto a la salud, está más que demostrado. Cuando la gripe estaba ya pasando y el coronavirus estaba más controlado, llega una tercera “pandemia” que preocupa bastante por la incidencia que está teniendo.
Normalmente no suele afectar a seres humanos, pero sí que algunas cepas pueden ocasionar infecciones respiratorias graves. Y a las autoridades sanitarias les preocupa que el virus tenga alguna mutación y se transmita a los humanos. Es decir, otra pandemia más.
Más de 460.000 aves han sido sacrificadas, en lo que ya se ha catalogado como “el mayor brote de gripe aviar que se ha producido en el país”. Además, es de difícil contención porque no está concentrado, sino repartido por muchas zonas del país. Y además esto agrava la situación económica antes comentada, ya que afecta gravemente al sector alimenticio por la disminución de gallinas.
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