Las mascarillas quirúrgicas se han convertido en el tipo de este complemento sanitario más aconsejado por las autoridades sanitarias para su uso por parte de los ciudadanos. Este tipo es el que utilizaba el personal sanitario y su objetivo es evitar que la persona que la lleva transmita el virus, filtrando el aire exhalado.

La mascarilla quirúrgica, la aconsejada

La gran característica es que protege a quienes están alrededor de la persona que la porta y debe tener marcado el sello de la CE, que certifica la calidad y el cumplimiento de los requisitos establecidos por las autoridades sanitarias competentes.

Aunque en la mayoría de establecimientos homologados para su venta ya están disponibles y hay stock suficiente, se pueden confeccionar mascarillas caseras de tela quirúrgica. En este caso, se debe introducir un filtro homologado bajo la normativa UNE-EN ISO 14683:2019. Se puede adquirir en algunos portales venta online, como Amazon o Ebay.

Las que no son reutilizables deben reemplazarse a las cuatro horas de su uso como máximo. El mismo tiempo debe ser el exigido para los filtros que se introducen en un bolsillo interior de las mascarillas de tela homologadas.

El Gobierno desaconseja el uso de las KN95 en personas sanas

En el otro lado están las mascarillas FFP2 o KN95. El Gobierno, a pesar de que aprobó el permiso para la venta este tipo de mascarillas procedentes de Estados Unidos o China, desaconsejan su uso en personas sanas.

El motivo es que el stock debe estar reservado para los profesionales sanitarios, para aquellas personas que son contacto directo de un caso positivo o para los grupos más vulnerables por indicación médica. Este modelo tienen una una gran capacidad para evitar la filtración de agentes infecciosos, lo que puede provocar dificultad al respirar o agobio.