Juan Romero, natural de Torrecampo (Córdoba), era el último superviviente español de los campos de concentración del nazismo. 75 años después de la liberación de estos campos, el último de los españoles que pudo salir de allí para contarlo ha fallecido recientemente.

A sus 101 deja atrás toda una vida en la que había pasado sus últimas siete décadas en Francia. Nacido en el año 1919 en esta localidad cordobesa, se formó en el seno de una humilde familia de labradores. Su interés en acabar con las desigualdades en aquella época le llevaron a alistarse en la Unión General de Trabajadores.

Espíritu combativo

A pesar de tener solo 17 años en ese momento, formó parte de la 33ª Brigada Mixta, luchando en la sierra de Guadarrama, Brunete, Teruel y Guadalajara. Una de las lides más complicada tuvo lugar en la batalla de El Ebro: tuvo que cruzar el río en una pequeña barca mientras soldados franquistas le disparaban a pie de orilla. Murieron muchos compañeros, pero él solo resultó herido.

En 1939 tuvo que cruzar la frontera hacia Francia ante el avance los soldados franquistas. Allí le internaron, junto con varios compatriotas, en el campo de concentración de Vernet d'Ariège. Pese al trato recibido, se alistó en la Legión Extranjera para combatir el fascismo en la inminente guerra contra Hitler.

Sin embargo, en el verano de 1940 fue capturado por las tropas nazis, siendo enviado al campo de prisioneros de guerra de Luckenwalde, en Alemania. Ahí debería haber pasado el resto del enfrentamiento pero, tras una conversación entre el régimen franquista y sus aliados nazis, fue enviado, junto con el resto de españoles, a un campo de concentración para ser explotado laboralmente y exterminado.

Apresado por el nazismo

En el campo de concentración de Mauthausen llegaron a estar más de 7.500 españoles entre 1940 y 1942. Cerca de otros 2000 fueron deportados a otros campos de concentración por pertenecer a la Resistencia. Juan Romero fue uno de los pocos que pudo salir de allí con vida, pues unos 5.200 fueron convertidos en humo y cenizas.

Allí desempeñó varias labores, aunque quizá una de las más complicadas, desde el punto de vista psicológico, fue la última, en el denominado "comando de la desinfección". Recogía la ropa de los prisioneros que llegaban al campo y llevarlas al lugar destinado para la desinfección. Sin embargo, como recuerda según cita elDiaro.es, "si había grupos que llegaban y en vez de ir a la ducha que sedaban fuera, eso era muy malo, iban directamente a la cámara de gas".

El 5 de mayo de 1945 el campo de Mauthausen fue liberado por los soldado estadounidenses, pero los prisioneros españoles no pudieron regresar a España, pues Franco seguía al mando del país. Así, Juan Romero se instaló en la localidad francesa de Ay y rehízo su vida.

Reconocimientos de Francia y España

Llegados los años 80 el Gobierno francés le reconoció un estatus similar al de los deportados del país vecino. A partir de ese momento comenzaba a ser considerado como un héroe, incluso recibió la condecoración de Legión de Honor.

En España hubo que esperar más para que llegara ese reconocimiento. Fue el pasado 5 de mayo, cuando el Consejo de Ministros aprobaba un texto que reconocía su figura. Meses más tarde, en agosto, la vicepresidenta Carmen Calvo le agradecía personalmente su labor en una visita a Ay.

"Nunca haremos lo suficiente, siempre estaremos en deuda con los antifascistas españoles que pagaron con su vida. Gratitud eterna desde la democracia española", expresó aquel día.