CIENCIA

Una bola de fuego sobrevuela España de madrugada a 95.000 km/hora

La roca chocó con la atmósfera a gran velocidad y empezó a arder a una altitud de 95 kilómetros sobre la provincia de Ciudad Real.

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José María Madiedo

A las 1:23 de la pasada madrugada del jueves al viernes, una luz ha iluminado durante unos segundos el cielo de España. Según han grabado los detectores del proyecto SMART, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), y desde los observatorios astronómicos de Sagra y Sierra Nevada (Granada), La Hita (Toledo) y Sevilla, se trataba de una bola de fuego.

Una roca de gran tamaño procedente de un asteroide del espacio ha entrado en la atmósfera terrestre a unos 95.000 kilómetros por hora, y al chocar ha comenzado a arder hasta generar una luminosa bola de fuego. Así lo ha confirmado José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Justo a unos 95 kilómetros por encima de la provincia de Ciudad Real, la bola se ha vuelto incandescente y ha seguido su trayectoria de manera vertical por el cielo español hasta extinguirse poco después a 40 kilómetros de altitud.

Gracias a los observatorios y a los detectores de SMART, que operan para registrar cualquier impacto de rocas contra la atmósfera, se ha podido acceder a imágenes del fenómeno y detectar con precisión de qué se trataba.

Varios impactos recientes en nuestro país

Los detectores de SMART localizaron hace prácticamente un mes, en la madrugada del 3 de septiembre, una bola de fuego cruzando el centro y sur peninsular a 97.000 kilómetros por hora. Es decir, muy similar al fenómeno visto en esta ocasión. En concreto fue vista a 80 km sobre el Golfo de Cádiz y se extinguió también a 44 kilómetros de altitud sobre el río Guadiana.

Algo más de un mes antes, el 22 de julio, se detectó también una bola de fuego sobre el Golfo de Cádiz, que días atrás la NASA había catalogado de “potencialmente peligroso”. Esta vez iba más rápido, a 220.000 km/hora, y comenzó a arder también a una mayor altitud, a 120 kilómetros. Por tanto, se extinguió antes, a 75 kilómetros de altura.

Por lo tanto, por más que hay avisos constantes sobre asteroides y rocas que se avecinan a nuestro planeta, y casualmente muchos de ellos sobre España, la realidad es que es un fenómeno muy normal y la bola de fuego acaba muriendo tras el impacto con la atmósfera.