Quizá sus nombres no sean conocidos o del todo familiares, pero son otra de las marcas que se ha unido a la venta de mascarillas en esta pandemia. Nylstar, o su marca conocida bajo el nombre Meryl, es una empresa catalana, conocida por los más expertos en el mundo de la moda y una de las compañías más veteranas de tejidos de nuestro país. Tiene su sede en Blanes (Girona) y es conocido por ser el primer hilador de Europa, además de por su trabajo con marcas como Adidas, Descente o Calvin Klein.

Ahora, la marca ha querido integrarse y aportar su granito de arena en la lucha contra la pandemia de la COVID-19. Con casi 100 años de experiencia en la industria del textil (nacidos en 1923), Nylstar se une a la fabricación y venta de mascarillas contra el coronavirus. Eso sí, su objetivo -a parte del de combatir el virus- está centrado en una economía circular para frenar el impacto medioambiental que las medidas de seguridad están provocando en nuestro mundo.

"Nosotros llevamos muchos años investigando la reducción de microplásticos y fibras cortadas en todo tipo de tejidos y ropas para mejorar su impacto ambiental y vimos que con la COVID-19 estos residuos se podían disparar”, comenta Alfonso Cirera, propietario, presidente y CEO de Nylstar en una conversación con Teknautas, ante el aumento de residuos sanitarios y no sanitarios desde el inicio de la pandemia y el uso obligatorio de mascarillas.

Proceso de recogida y reciclaje de la mascarilla

Y es por ello que sus mascarillas son tan especiales. Están hechas con un material mucho menos contaminantes frente a las mascarillas habituales. Y lo más llamativo, su trabajo con las mascarillas no acaba en el momento de su venta. La marca busca dar una vuelta al mercado y, una vez que la mascarilla no se puede usar más, proceden a la recogida del producto y el reciclaje del mismo. La idea es que, tras los 100 lavados que permite la mascarilla -unos tres meses-, se dé un último lavado para depositarla en unos contenedores especiales que coloca la propia compañía.

Ampliar

La empresa se encargará de recogerlo y reciclarlo para volver a crear otras mascarillas o productos similares después de convertido en un polímero que sirva para un nuevo uso. "Mucha gente ni siquiera sabe bien qué hacer con las mascarillas una vez utilizadas y se acaban generando unos residuos imposibles de gestionar. Y por no hablar de las que son de usar y tirar. Nosotros intentamos acabar con eso y aportar nuestro granito de arena a todo el proceso", apunta Cirera, que intenta llegar a una contaminación 0 tras la crisis sanitaria.

¿Dónde las puedo comprar?

Las mascarillas están fabricadas junto con el Centro Tecnológico Leitat. Son reutilizables y permiten hasta 100 lavados antes de perder sus propiedades, lo que supone en torno a unos tres meses de vida. Un modelo basado en la norma UNE 0065/2020 y que, como punto diferencial, según sus creadores, “cuenta con una tecnología propia centrada en el uso de iones de plata en la matriz del tejido que inhibe la proliferación de bacterias, virus y hongos en el tejido, y que está aprobado por la EPA americana”.

Se trata de un modelo de lo más sencillo, con la marca ‘Meryl’ integrado en la parte superior de la mascarilla, disponibles en blanco y azul y que se pueden comprar a través de su página web. Además, las venden en packs de dos, con tallas para todas las edades. Su precio es de 9.95 euros.