"En China el coronavirus empieza a verse como cosa del pasado"
Un psicólogo gaditano que reside en el país asiático, señala que allí apenas se usa ya la mascarilla "e incluso tampoco se respeta la distancia de seguridad".
A principios de septiembre, el doctor Zhong Nanshan, una eminencia en China y galardonado con la Medalla de la República por su trabajo durante la pandemia, confirmó el final de esta, asegurando que el país asiático “ha derrotado al actual brote”.
Una realidad avalada por los números, ya que China encadena 43 días consecutivos sin registrar contagios a nivel local, ya que los 21 detectados este lunes son procedentes del extranjero. Tampoco suma ya muertes a causa de esta enfermedad, por lo que la población ya está más tranquila y “empieza a no estar al tanto de las noticias”, según destaca Alberto Belmonte, un psicólogo gaditano que reside en el país asiático desde hace más de cinco años. Tan alta es la relajación que recientemente el Partido Comunista organizó un evento multitudinario para agradecer a los médicos su labor y el país ha vuelto a abrir sus fronteras: “Ahora es más fácil el acceso para aquellos ciudadanos chinos que estaban fuera, y están empezando a regresa”.
De esta forma, Belmonte asegura que ya está “todo muy normalizado” allí. Todavía es obligatorio llevar la mascarilla en aquellos sitios donde se producen más aglomeraciones, pero “por las calles la mayoría no las lleva e incluso tampoco se respeta la distancia de seguridad”. “Empieza a verse como cosa del pasado, si bien hace dos días el Gobierno chino pidió cautela porque ahora entramos en una época en la que con el frío puede haber rebrotes”, señala en La Voz Digital.
Esta victoria se ha conseguido, desde el punto de vista de Belmonte, gracias al funcionamiento de “métodos que van reduciendo los riesgos”. En este sentido, destaca que “ha funcionado muy bien la aplicación, donde al pasar el código QR te salen tus datos. Si tienes código verde, puedes pasar. Si es rojo, fuera. También se controlaba mucho la temperatura, y se hacen test. Los pueblos pequeños libres de virus han cortado incluso los accesos para protegerse, aislándose, evitando la propagación. Esa unión de medidas ha minimizado los contagios”.
Sorprendido con la situación española
En abril, el psicólogo predijo en una entrevista para el mismo medio que a España le iría peor que a China porque la situación estaba más descontrolada. Sin embargo, afirma sentirse “sorprendido” con la situación a la que ha vuelto a llegar nuestro país en esta segunda ola. “No entiendo qué están haciendo”, manifiesta. En eta línea, sugiere que el Gobierno español se ha precipitado con la desescalada, que debió haber sido más gradual. “El Gobierno chino es paternalista, protege y decide por la gente, y no se procedió a la apertura hasta que la pandemia estuvo totalmente controlada. No se podía salir para nada, ni para trabajar, ni con horarios, ni ninguna excusa. En España se ha hecho más rápida y descontrolada”.
“Cada país es esclavo de su situación y el turismo es clave en nuestro país. Se abrieron demasiado rápido discotecas, bares... y eso en China fue lo último junto con gimnasio y cines. Entiendo que el del negocio me dirá ¿y de qué como yo? Toda la razón, pero es que aquí el asunto económico ni preocupaba antes ni preocupa ahora”, añade antes de afirmar que habrá que tomar medidas drásticas si la situación sigue empeorando: “Comprendo a los que dicen que desde un punto de vista económico no se puede hacer otra vez un confinamiento, pero si los hospitales se desbordan, no hay economía que valga. Quizás haya que buscar una fórmula mixta y aguantar el tirón”.
Vuelta al colegio
En China, los niños regresaron a clase antes de verano “porque la pandemia estaba controlada”. “Había distancia de seguridad, pocos alumnos, y hasta llevaban un sombrero para marcar esa distancia con el resto de compañeros”, detalla. Actualmente, la situación también es “completamente normal” en ese ámbito. Se sigue usando el gel, pero no la mascarilla. Tampoco hay grupos burbuja o distancia de seguridad.
Mientras tanto, España no ha hecho más que comenzar su lucha para garantizar la seguridad de los niños en las aulas. El nuevo curso escolar se inició con estrictos protocolos implantados por las comunidades que tienen varios puntos en común, como el uso obligatorio de mascarillas, geles hidroalcohólicos, entradas y salidas escalonadas y en solitario, bajada de ratios de alumnos, distancia de seguridad y los denominados 'grupos burbuja' para evitar brotes si se produce algún contagio.