Alemania estudia reducir la semana laboral a cuatro días por el coronavirus
Es la opción planteada por el sindicato IG Metal ante las dificultades y retos derivados de la pandemia en el sector económico
La economía y el ámbito laboral están siendo tremendamente castigados por la crisis del coronavirus. Por ello, desde distintos sectores están valorándose muchas alternativas para reducir sus terribles consecuencias. Una de las más destacadas, aunque controvertida y difícil de implementar, es la semana laboral de cuatro días, propuesta este agosto por IG Metal, el mayor sindicato sectorial de Alemania y Europa, ante la destrucción masiva de empleo.
El objetivo principal es adaptar el volumen de horas de trabajo a la reducción de la producción, ya que se pretende evitar la reducción proporcional de la masa laboral ante la crisis de la demanda en muchos sectores. El presidente del sindicato, Jörf Hofmann, confirmó en una entrevista para el diario ‘Süddeutsche Zeitung’ que la propuesta la presentará en la siguiente ronda de negociaciones del convenio colectivo. Aunque no concretó cuántas horas de trabajo serían ni las repercusiones económicas, sí pudo confirmar la iniciativa a cambio de “cierto ajuste salarial”.
Para Hofmann, esta alternativa supondría “la respuesta al cambio estructural” que están provocando la digitalización, la automatización y la apuesta por la economía verde, es decir, un paso más allá de desincentivar los despidos y del ‘Kurzarbeit’ (la versión alemana de los ERTE). “La transformación no debe llevar a despidos, sino a buen empleo para todos”, afirmó, siendo el sector del motor el gran beneficiado.
División entre los partidos y los expertos
El partido La Izquierda se ha mostrado a favor, e incluso su copresidenta Katja Kipping ha pedido la semana de 30 horas y subvenciones estatales. De la misma forma, el ministro de Trabajo, el socialdemócrata Hebertus Heil, ha indicado que "la reducción del tiempo de trabajo con un ajuste salarial parcial puede ser una medida adecuada".
Sin embargo, la patronal se ha opuesto, y lo ha hecho a través del gerente de la Federación Alemana de Asociaciones de Empleadores (BDA), Steffen Kampeter, que ha señalado al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que se trata de una medida inoportuna para las empresas.
Por parte de los expertos, también hay algunos como Holger Schäfer, experto en mercado laboral del liberal Instituto de la Economía Alemana, que ha hablado de “peligroso sin sentido”, y en el lado opuesto otros como Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), de posiciones socialdemócratas, que ha opinado que una reducción del tiempo de trabajo sería “algo razonable si así se pueden asegurar puestos de trabajo. Una subida de los costes laborales lastraría aún más a las empresas”.