Hacienda congela el impuesto verde a los billetes de avión para ayudar al turismo
La grave crisis que sufre este sector ha llevado aparcar esta figura fiscal con la que el Gobierno estimaba recaudar unos 1.3000 millones de uros.
El Ministerio de Hacienda ha decidido parar el impuesto a los billetes de avión que pretendía aprobar como parte del paquete de fiscalidad verde en el que lleva trabajando el Gobierno de varios meses.
Desde el departamento que dirige la ministra María Jesús Montero, señalan que la tasa ecológica que iba a suponer un incremento del coste en los movimientos entre aeropuertos va a quedar congelada. Esta decisión llega en momento muy delicado para el sector turístico debido a la crisis económica provocada por la COVID-19. Algunas aerolíneas están al borde de la quiebra y muchos hoteles se ven obligados a cerrar sus puertas en el mes de agosto, uno de los meses con mayor tasa de alojamientos.
El Gobierno de coalición lanzó esta propuesta del impuesto a los billetes de avión solo dos semanas antes de que comenzara la pandemia, cuando la ciudad de Wuhan ya estaba confinada y los casos en Italia comenzaban a crecer. Se idearon entonces dos nuevas figuras fiscales con el objetivo de aumentar los ingresos: un impuesto al uso del transporte aéreo y otro al de plásticos para penalizar comportamientos perjudiciales con el medio ambiente. Este último sí sigue su trámite y ya es anteproyecto de ley.
El impuesto podría volver en el futuro
Según recoge La Información, el Gobierno ha tomado esta decisión debido a la grave situación económica y laboral que vive el turismo, probablemente el sector más afectado por la pandemia. No obstante, fuentes de Hacienda señalan que esta situación no significa que la figura fiscal no pueda recuperarse en el futuro, cuando la pandemia esté controlada y el sector se haya recuperado.
Por el momento, el impuesto a los billetes de avión no pasará a consulta pública y no llegará al trámite de audiencia e información pública, donde el proyecto ya está redactado y el ministerio busca recabar las aportaciones de los ciudadanos titulares de derechos e intereses legítimos afectados por la norma.
El Gobierno no llegó a calcular cuánto aumentaría los ingresos con esta figura fiscal, aunque estimaba que la tasa rondaría los 1.300 millones de euros al año. Para obtener una cifra aproximada, hay que remitirse a un informe que publicó en octubre la Fundación Alternativas, donde se ponía números a la tasa. Según este estudio, los viajes de corta distancia tendrían un coste adicional de 4,47 euros; los de media distancia de 23,32 euros y el gravamen podría ascender hasta los 41,99 euros en el caso de los viajes de larga distancia.
Las aerolíneas, en contra del impuesto a los billetes
Desde el principio, las aerolíneas rechazaron esta tasa verde a los billetes de avión. La patronal ALA (Asociación de Líneas Aéreas) considera que, antes de imponer impuestos como este, es necesario impulsar otras medidas, como la renovación de flotas para hacer los aviones más eficientes y que tengan un menor impuesto medioambiental. Actualmente, la Ley de Cambio Climático, en tramitación parlamentaria, obliga a las compañías aéreas a usar biocarburantes, pero sin concretar qué porcentaje deberán usar y los plazos.
Con la pandemia, las aerolíneas han sufrido un desplome inédito ya que durante el confinamiento los vuelos se redujeron a un 5%, pues solo operaron los del transporte en general y los de material sanitario en particular. En julio la oferta ha caído al 40% respecto al mismo mes del año pasado y en agosto los datos se mueven en la misma línea, nunca por encima del 50% de los registros de 2019.