El pasado domingo por la mañana, un centro médico de Renedo de Esgueva fue destrozado. Tal y como relata Diario de Valladolid, el motivo se debió a que dos jóvenes tuvieron que esperar para poder realizarse una prueba PCR, puesto que tanto el médico como el enfermero de guardia salieron a cubrir una urgencia médica.

La demora no le gustó a estas dos personas, y al regreso de los dos sanitarios, comenzaron a insultarles y amenazarles, algo que derivó en una llamada a la Guardia Civil, además de refugiarse en una sala para protegerse de los jóvenes.

Héctor Girón relató así los hechos al diario vallisoletano: "Cuando vieron que no les hacíamos la prueba, comenzaron a llamar a la entrada del centro. Entonces el acompañante arremetió contra la puerta y casi consigue abrir, aunque por suerte sólo la rompió. Llegaron a amenazarnos con quemarnos vivos".

Más problemas

Según la Benemérita, los acusados son dos okupas de etnia gitana que ya han causado otros incidentes en el pueblo. Esta situación también provocó las protestas del sindicato de Enfermería de Valladolid (SATSE) y de las principales autoridades políticas de la región.

Verónica Casado, consejera de Sanidad, calificó el suceso como "intolerable" y afirmó que van a tener mano dura: "Lo peor no son los daños causados sino la crisis de ansiedad y angustia generada a estos profesionales, y no lo vamos a permitir, no lo vamos a consentir de ninguna de las maneras. Tolerancia cero con este tipo de casos".