CORONAVIRUS

Una rastreadora de la COVID-19: “Si alguien quiere mantener en secreto un contacto, lo hará”

El trabajo de un rastreador es fundamental para prevenir nuevos brotes de la COVID-19 pero también se necesita la sinceridad de la ciudadanía.

Una rastreadora de la COVID-19: “Si alguien quiere mantener en secreto un contacto, lo hará”
TONI GALAN EFE

Con el avance del coronavirus, la función de los llamados ‘rastreadores’ de contactos por positivo en la COVID-19 ha ido aumentando y en alguna que otra ocasión han sido fuente de polémica por varias razones: bien por no hacer bien su labor, como ocurrió en un caso de Cataluña, o bien por pedir la Comunidad de Madrid su trabajo voluntario, entre otros.

Pero lo cierto es que su trabajo es fundamental para la detección de la nueva enfermedad que se ha convertido en una de las primeras causas de muerte a nivel mundial. Ellos tienen que encargarse de contactar con aquellas personas que han estado cerca de una persona que ha dado positivo para así poder frenar un posible nuevo brote.

Aunque el trabajo esté bien hecho, los contactos no siempre pueden ser fiables, ya que alguno puede no dar todos los nombres de las personas con las que ha estado, entonces el trabajo del rastreador sería nulo ya que podría originarse un nuevo foco. Es por ello que, tal y como ha contado una rastreadora de Barcelona al diario 20 Minutos, “tienes que creer en el ser humano”.

El trabajo de un rastreador

La informante, que no quiere dar su nombre por precaución, explica cómo es su trabajo: "Vas llamando a todas las personas que son casos posibles o positivos por COVID para saber qué contactos han tenido, explica.

"A partir de ahí, se informa del proceso y del nivel de contactos a cada persona a la que llamamos y la colaboración de estas depende un poco de la gente. Hay personas que te cuentan su vida y personas a las que les cuesta un poco más”, cuenta.

Explica a 20 Minutos cómo son los horarios: ”Somos dos personas y se da entre media jornada y jornada completa, es un intermedio, por ejemplo de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Los días son todos iguales”.

Además advierte que desde el primer día dejan claro que están “integrados en el equipo del Centro de Atención Primaria”.

Hay que confiar en el ser humano

En cuanto a la información aportada por los contactos, afirma que en muchas ocasiones no es fácil que declaren todo y no queda otra que confiar en cada persona: "El trabajo es insistir un poco en que te den la información, pero la duda que más tienes es hasta qué punto se está perdiendo algún contacto. Si la persona quiere mantener en secreto un contacto lo hará, no puedes ir puerta por puerta, al final es creer en el ser humano. Lo que hacemos es preventivo”.

Por lo que, aunque el trabajo de estas personas sea fundamental para prevenir nuevos brotes de la COVID-19, muchas veces no es suficiente y se necesita la sinceridad y colaboración de la ciudadanía para avanzar entre todos y superar juntos la nueva enfermedad.