Un niño de 12 años falleció este jueves en una excursión de un campamento de verano. Se llamaba Stefano Borghese y su muerte se produjo a causa del impacto tras caer a un pozo de 30 metros de profundidad sin agua. Los servicios sanitarios desplazados al lugar del suceso, la ciudad italiana de Gorizia, no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Los niños participaban en un juego de 'búsqueda del tesoro' y los compañeros de Stefano fueron testigos de cómo se precipitaba al pozo. La organización del campamento había decidido que las actividades al aire se desarrollaran en grupos de siete personas para cumplir con las medidas de distanciamiento social impuestas en el país transalpino.

Según la primera versión oficial de los investigadores, Stefano se subió a la rejilla que cubría la boca del pozo, esta cedió ante su peso y cayó. Las posibles dudas que puedan surgir en el proceso confían en que quedaran aclaradas con el testimonio de los menores que se encontraban con él en el momento del deceso.

Luto en Gorizia

La noticia ha golpeado a Gorizia, en la región del Véneto, pegada a la frontera con Eslovenia. "Estamos muy afectados y, por ahora, no se puede hacer otra cosa que pensar en sus padres y su hermano pequeño, que componen una familia muy conocida en la ciudad", lamentó el alcalde de la localidad, Rodolfo Ziberna, al tiempo que ofrecía apoyo psicológico para los niños que presenciaron la prematura muerte de Stefano.