Con la nueva situación de contagios en Cataluña, la ciudad de Barcelona y su área metropolitana se ha visto sometida a una especie de confinamiento quirúrgico que cuenta con una serie de recomendaciones, siendo las más destacadas las de movilidad, no salir de la ciudad salvo por motivos laborales o de máxima urgencia, y la permanencia en los domicilios salvo para lo estrictamente necesario como hacer la compra, ir a la farmacia, al médico, etc.

Con el verano, el calor y las vacaciones, es difícil hacer caso a estas recomendaciones y más cuando se tienen segundas residencias a las que poder viajar si nos agobia seguir en un mismo lugar al salir del trabajo después de cinco días esperando que llegue el fin de semana.

Pero, en estos casos, no hacer caso a las autoridades podría ser perjudicial para la salud no solo de uno mismo, sino también para el resto del país, pues si no nos quedamos en casa corremos el riesgo de coger la infección o de transmitir la enfermedad en otras comunidades, ciudades, municipios, etc.

No existen obligaciones

En cualquier caso, y a pesar de las recomendaciones, no existe ninguna obligación que impida salir de la ciudad o realizar cualquiera de las actividades no recomendadas, por lo que los ciudadanos de Barcelona pueden irse de vacaciones bajo la responsabilidad individual de cada uno.

Miquel Buch, conseller del Interior, declaró que habría controles en las carreteras pero que, aún así, a los que se vayan: ”no los podemos hacer volver a casa si no está prohibido”.