EEUU celebra su 4 de julio más amargo: bate otro récord con 60.383 nuevos contagios
Pese a la expansión de la pandemia, el presidente Donald Trump ha organizado un acto en el Monte Rushmore para conmemorar el Día de la Independencia.
La COVID-19 continua su paso descontrolado por Estados Unidos. El país más afectado por la pandemia ha registrado en las últimas 24 horas 60.383 nuevos casos, lo que eleva a 2.793.022 las personas que han contraído la enfermedad. Se trata del cuarto día consecutivo en el que EEUU marca un máximo de contagios. En cuanto a las muertes, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, a las 20:00 hora local se contabilizaron 754 nuevos fallecimientos, y un total de 129.405 decesos.
La curva de contagios es ascendente en 40 de los 50 Estados. Sólo entre California, Arizona, Texas y Florida acumularon el jueves 25.000 positivos. Y los hospitales empiezan a estar desbordados en varias partes del país.
Trump desafía al coronavirus
Con estas desalentadoras cifras, las autoridades sanitarias de Estados Unidos han reiterados sus peticiones de que los ciudadanos celebran el 4 de julio en casa con la familia. Sin embargo, el presidente Donald Trump, ha querido desafiar al coronavirus a los antirracistas con una visita al Monte Rushmore para realizar un discurso conmemorativo del 4 de julio. Evento en el que no se impuso ni la distancia social ni el uso obligatorio de mascarillas. El propio Trump se niega a poner una en público.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 4, 2020
En un anfiteatro repleto por cerca de 7.500 personas, también aprovechó la ocasión para referirse a los que protestan en las calles buscando justicia racial como “difamadores de nuestros héroes” y “destructores de nuestra herencia”. Insistió en haber creado una fuerza para actuar firmemente contra todos aquellos que destruyen o derriban estatuas, pidiendo hasta diez años de cárcel, el máximo de la pena, para ellos. Por otra parte, anunció que se han iniciado los trámites para crear “un parque de estatuas”.
Eso sí, durante su intervención de casi 45 minutos, apenas mencionó al coronavirus. Le dedicó apenas unos segundos, pese a los más de 2,7 millones de infectados y los cerca de 130.00 fallecidos. Se limitó a decir que la situación está mejorando y que es fundamental reabrir la economía.
Un 4 de julio diferente
Desde el 1870, el 4 de julio es en Estados Unidos ha sido una jornada de celebración y exaltación patriótica, caracterizada por sus desfiles multitudinarios con calles repletas de banderas, discursos, conciertos, barbacoas, fuegos artificiales, reuniones familiares... Sin embargo, en este 2020 el Día de la Independencia ha quedado marcado por el coronavirus.
Pese al multitudinario acto organizado por Trump, en varios puntos de Estados Unidos se han cancelado los tradicionales fuegos artificiales y desfiles debido a la grave situación del país. Se ha solicitado a los ciudadanos que limiten los invitados a las barbacoas y se han cerrado playas en lugares como el condado de Miami-Dade en Florida o en el sur de California. También hay cierres y restricciones de acceso en las de la costa de Texas.
En Nueva York, por su parte, se ha suspendido «indefinidamente» la posibilidad de acudir a restaurantes. Y en San Antonio, Texas, este año no habrá fuegos artificiales para festejar el que será el Día de la Independencia más atípico. Siguiendo con Texas, el gobernador republicano, Greg Abbott, autorizó el jueves a alcaldes y jueces para imponer restricciones de reuniones en público de más de 10 personas y firmó una orden ejecutiva imponiendo el uso de mascarilla en público en aquellos condados que registren 20 o más positivos.
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