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CORONAVIRUS

Holanda abre sus burdeles con nuevas normas: "Nada de besos"

El Barrio Rojo de Amsterdam y el resto de prostíbulos de Holnada abrió este miércoles con normas especiales para los clientes a causa del coronavirus.

Holanda abre sus burdeles con nuevas normas: "Nada de besos"
KENZO TRIBOUILLARDAFP

Los prostíbulos holandeses, incluyendo los situados en el famoso Barrio Rojo de Ámsterdam, volvieron a abrir sus puertas este miércoles cuando el ejecutivo de los Países Bajos dio su consentimiento después de que los números Covid-19 permitieran esta reapertura.

"Todas las posturas están permitidas" aseguró en rueda de prensa el primer ministro aunque dejó en manos de Sanidad que aportará "consejos más detallados" porque hay que tener todo en cuenta. El que protocolo de vuelta al trabajo será estricto ya que, claramente, la distancia social entre trabajadores y clientes es imposible.

Lavar las sábanas tras cada servicio, mantener la limpieza, desinfectar todo, lavar todos los objetos... Las pautas son estrictas aunque, en declaraciones al diario AD, Anna, trabajadora sexual en Holanda, explica que no es una situación nueva. "Siempre nos hemos adherido a las reglas de higiene", aseguran. Además, tienen que hacer un breve cuestionario al cliente para descartar síntomas suyos o de personas cercanas. Solo si lo pasa, podrá disfrutar del servicio que será, en principio, sin mascarilla por lo que se evitarán los cara a cara y no habrá besos. El preservativo será obligatorio para cualquier contacto con zonas genitales, como ya era antes.

El sector de las y los trabajadores sexuales, con más de 7000 miembros solo en Ámsterdam y regulado en los Países Bajos desde el 2000, pide más ayudas tanto para las autónomas como para los clubes. Mientras, los clientes parecen haber retomado con ganas la reapertura. "Tengo la agenda llena", asegura Foxxy a AFP. En busca de tranquilizar a los más temerosos por la Covid-19, Anna afirma que "cualquiera puede infectarse en un supermercado" y asegura que las ayudas ya aportadas daban para poco así que puede que los clientes noten una ligera subida de los precios.

Las tarifas en Ámsterdam van desde un mínimo de 50 euros y no hay máximo, ya que son libres de fijar el precio que deseen y que siempre se acuerda con el cliente en la puerta de estos famosos cuartos de los barrios rojos que ya funcionan de nuevo.