El Ayuntamiento de Madrid reabrió este miércoles una parte de sus escuelas infantiles y guarderías, aunque con una serie de condiciones por la actual crisis sanitaria. Durante el mes de julio, solamente los alumnos de entre cero a tres años cuyos padres acrediten que no pueden cuidarles en casa podrán acceder a ellos, y se pondrán en marcha algunas de las medidas de seguridad que serán habituales a partir de septiembre, como los grupos burbuja de cinco niños como máximo y la toma diaria de la temperatura. La reapertura de las guarderías es el primer paso ya que, a partir del 15 de julio, reabrirán los campamentos para menores.

Para la vuelta a la normalidad, las guarderías han obligado a los progenitores a firmar un papel de compromiso en el que liberen de responsabilidad al centro educativo de un eventual contagio, y los han animado a tomar medidas de seguridad propias, como medir la temperatura del menor todos los días antes de que salga de casa, evitar que lleve juguetes propios al colegio y procurar que los menores no se queden a comer ni a echar la siesta.

Las propias escuelas han aplicado un protocolo de seguridad, que consiste en limitar el número máximo de niños por aula, cuatro en los grupos de 0 a 1 año y cinco en las clases de 1-2 y de 2-3, y en mantenerse el mayor tiempo posible en el exterior, evitando los espacios comunes en los que se puede multiplicar el riesgo de contagio.

El controlador de seguridad e higiene evitará los contagios

Asimismo, la reapertura contempla la creación de una nueva figura, la del controlador de seguridad e higiene, una persona que se centrará únicamente en evitar situaciones de riesgo y en eliminar las oportunidades de contagio. Habrá uno por cada cinco menores de entre 3 y 5 años, y uno por cada nueve entre los 6 y los 12. De esta manera, las autoridades aspiran a reducir al máximo los peligros para la salud de sus alumnos.

El criterio aplicado por el Ayuntamiento para admitir alumnos ha provocado quejas entre algunas asociaciones de escuelas infantiles, que han asegurado que son las empresas quienes deben facilitar la conciliación, y aseguran además que la diferenciación de edad que se ha aplicado no es correcta, ya que ser mayor de seis años no es garantía de independencia en un menor. Para estas asociaciones, el Gobierno no ha explicado correctamente los criterios sanitarios, sociales y pedagógicos del regreso de los menores al colegio, y esto puede producir problemas de cara al regreso a las aulas.