El verano ya está aquí y en los próximos meses, aunque sea en un volumen menor que el de otros años, se sucederán los desplazamientos dentro del territorio español y hacia otros países, toda vez que el estado de alarma cesó el pasado domingo, cuando también se reabrieron de forma generalizada las fronteras en el espacio Schengen (el próximo día 1 se producirá la reapertura de fronteras exteriores de la UE con una serie de países aún por confirmar entre los que se encontrarían México, Rusia, Brasil, Argentina o Estados Unidos).

Pero el coronavirus sigue ahí y una segunda ola de contagios es factible. ¿Qué pasaría si un rebrote obligara a restablecer el confinamiento cuando muchos españoles se encuentran fuera de sus domicilios habituales? En ese caso habría que diferenciar entre los que estuvieran en el exterior y los que se encontraran dentro del país.

Retorno desde el exterior

Cuando estalló la pandemia se produjo un cierre generalizado de fronteras que dejó durante días, incluso semanas, a muchos nacionales varados en otros países. El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación fletó en colaboración con las aerolíneas una serie de vuelos de repatriación que concluyeron a mediados de mayo, dos meses después de la declaración del estado de alarma en España.

Fueron "medio centenar", según datos del propio ministerio, y trajeron de vuelta a un total de 8.500 españoles que se encontraban en países como Filipinas, Costa Rica, Chile o Cuba. Muchos se quejaron de desamparo y tardanza, mientras que Exteriores asegura haber atendido a un total de 26.000 ciudadanos a través de la red de Embajadas y Consulados.

Si volviera a producirse una situación así, es de esperar que el sistema esté más engrasado. En cualquier caso la mecánica sería la misma. Ante una suspensión de vuelos convencionales, los españoles en el extranjero deberían ponerse en contacto con la embajada o el consulado de turno para recibir instrucciones.

Retorno interior

Dentro del territorio nacional se produjo un fenómeno inverso: un éxodo desde las zonas más afectadas a segundas residencias y enclaves costeros para hacer el confinamiento más llevadero. En caso de una nueva escalada, lo presumible es que se habilitaran excepciones de movilidad para permitir que aquellos que no tienen una residencia fija en el lugar al que se han desplazado, sino que se alojan en establecimientos hoteleros, pudieran retornar a sus domicilios. También cabría la posibilidad de que las autoridades proporcionaran alojamientos alternativos para estas personas hasta que fuera seguro su retorno a casa. En cualquier caso aún no hay un protocolo definido al respecto.